Los árbitros juegan sin hinchada
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¿En serio creen los grandes protagonistas del fútbol que la culpa de todos los males del gran juego argentino son los árbitros?
Ya cansa leer todos los fines de semana con tanta impunidad que tal o cual juez se equivocó a favor de éste, o en contra de aquél, que su nivel es pésimo, que no pueden dirigir en primera, etc. Todos los días salta algún perjudicado hablando de manos negras, campañas en su contra o denunciando que ha sido severamente afectado por un arbitraje mediocre. Los jueces del fútbol argentino viven en la ingrata fama, sus nombres son archiconocidos porque el sistema lo permite.
Cada jugador que decide dudar de la honorabilidad de un árbitro lo hace cuando le place y no tiene la menor consecuencia. Es prender el ventilador y ensuciar por ensuciar. Prácticamente nunca se aportan pruebas fehacientes y todo queda en la nada.
Gran parte de los formadores de opinión colaboran ‘desinteresadamente’ para enfatizar los errores y denostar a los árbitros. Uno no puede creer que en el máximo nivel de nuestro amado juego, los partidos se decidan de esta manera.
Quien hoy no recibió un penal, muchas veces merecido y justo, mañana será favorecido porque un nuevo error humano no advirtió la falta y no se lo cobrará en contra. Pero es un ida y vuelta absolutamente casual y no programado. Nunca escuché al DT de un equipo quejarse porque al rival lo perjudicaron con un fallo. Es decir, cuando viene en contra salen a vociferar que los minutos adicionados eran injustos. Eso sí, si pertenece al equipo que logró el empate en ese amplio adicional, lo considera justo y hasta felicita al árbitro de turno.
Son contadísimos con los dedos de una mano los casos como el de Caruzzo, defensor de Boca, quien reconoce, cuando concluye un partido, que el juez debió cobrarle un penal en contra por una mano suya. La gran mayoría opta por la fácil, por negar que la falta existió y que el juez acertó al no cobrársela.
Algún día habría que comenzar a cambiar la mentalidad del futbolero en general y hacerle entender que lo del folclore de la polémica, la discusión permanente sobre la legalidad y la calidad de los arbitrajes, debe pasar a un segundo plano.
Haga una prueba en cualquier mesa de café donde se discutan los fallos arbitrales del fin de semana. Pregunte si alguien conoce el nombre de algún árbitro de rugby o de básquet del máximo nivel nacional de estos deportes. Uno de cada cien podrá acertar alguno. Los demás, sólo conocen a Lunati, Maglio, Abal y otros tantos jueces del fútbol que ganaron notoriedad por ser la maldad personificada de todos los males de este deporte.
No importa lo mal que juegan los equipos argentinos, siempre habrá oportunidad para pasar la mochila a la justicia deportiva. Total, los pobres árbitros son los protagonistas sin hinchada propia.
Fuentes: losandes.com.ar
Comentarios
#1
Tendríamos que decir que en medio de esta descripción exacta de de actaulidad arbitral hay un protagonista no menor que es el señor Marconi, quien ha tejido una red con periodistas que guardaron silencio durante mucho tiempo mientras el futbol le pertenecía a sus patrones y hoy son los adalides de la justicia. La lucha es encarnizada y no va a menguar ya que los objetivos de todos ellos no es la performance del plantel arbitral, si no simplemente "poder".