¿Para cuándo un árbitro español en la final del Mundial?

Pedro Escartín abrió el camino y llevamos ya 80 años esperando, desde aquel 1934, a que un árbitro español dirija la final. El árbitro español más ilustre no llegó a pitar ni un partido en ese polémico Mundial, en el que actuó cuatro veces como juez de línea. Quien sí lo hizo fue el barcelonés Ramón Azón Roma, en 1950. En Brasil, dirigió sólo un partido, el que empataron a dos la anfitriona contra Suiza.

Desde ese debut, muchos ilustres, grandes árbitros que ha dado el arbitraje español. Manuel Asensi dio el relevo en el 54, antes de iniciar el ciclo del vasco Juan Gardeazábal, que estuvo en los Mundiales del 58, 62 y 66, dirigiendo ocho partidos. El sí que pisó el césped el día de la final de 1958, actuando como juez de línea. Sólo Medina Cantalejo, cuarto y providencial árbitro en la final de 2006, estuvo tan cerca de cumplir el sueño de todo árbitro. Ortiz de Mendibíl y García Aranda llegaron a semis: el primero en 1970 (Brasil-Uruguay) y el segundo en 1998 (Francia-Croacia).

España y Uruguay son los campeones del mundo que nunca han tenido un árbitro en esta ilustre lista:

1930: Langerous (Bélgica)

1934: Eklind (Suecia)

1938: Capdeville (Francia)

1950: Reader (Inglaterra)

1954: Ling (Inglaterra)

1958: Guigue (Francia)

1962: Latychev (URSS)

1966: Dienst (Suiza)

1970: Glöckner (Alemania Oriental)

1974: Taylor (Inglaterra)

1978: Gonella (Italia)

1982: Coelho (Brasil)

1986: Arppi Filho (Brasil)

1990: Codesal (México)

1994: Sándor Puhl (Hungría)

1998: Belqola (Marruecos)

2002: Collina (Italia)

2006: Elizondo (Argentina)

2010: Webb (Inglaterra)

2014: Rizzoli (Italia)

Haciendo recuento, ¿qué país es el que acapara más finales? Inglaterra, los padres de las Reglas de Juego, con cuatro representantes. Le sigue Italia, con tres. Brasil y Francia, con dos, también ha repetido. Por continentes, 14 para Europa, 4 para América y 1 para África.

Esto no significa, como algunos nos quieren hacer, que los árbitros españoles somos los peores del mundo. Simplemente, estamos como nuestra selección en 2009. Tenemos Eurocopas, Copa Intercontinentales, Champions y demás. Sólo nos queda la guinda, con la que seguimos soñando.