Las historias de banderines que se rompen y algunas más
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Una de las imágenes más cómicas de lo que va de Champions League ocurrió en los primeros minutos del partido de ida de la semifinal entre el Liverpool y la Roma. No habían pasado ni 10 minutos cuando el asistente tuvo que hacer su trabajo sin el banderín y solo con el palo.
La bandera de cuadros se rompió y se quedó por el camino en uno de los 'sprint' del asistente, que realizó varias señalizaciones al colegiado solo con el palo negro, que parecía más una varita mágica. Sin pensarlo ni un segundo, el asistente cogió el banderín para continuar hasta que le dieron uno nuevo...
No es la primera vez que esto sucede. A muchos de los que hacéis líneas os ha pasado. Con los intercomunicadores, la importancia visual de la bandera se reduce. Sin ellos, ver la señal del asistente con un simple palo es más complicado. En 2015, en la Liga escocesa, tuvieron que hacer manualidades para solucionarlo en medio del partido.
Y es que el banderín es una herramienta, pero también un arma. Jordi Alba sufrió un involuntario banderillazo que lo tumbó. Otras veces, su uso para el ataque no tuvo tanto de fortuito.
Y como muestra de lo difícil que es manejarlo y acertar, os dejamos a este asistente, capaz de señalar cinco cosas distintas en dos segundos sin que se le rompa la bandera. ¡Un crack!
