Otra de las grandes simulaciones del fútbol
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Se llama Barry Boubacar y es guardameta en la Liga Belga. El caso es que después de recibir la entrada a destiempo de un rival, decidió alarmar al árbitro llevándose la mana a la cabeza y recriminándole la entrada. El caso es que en cinco segundos pasó de un extremo a otro. Se tumbó en el suelo, se levantó como un poseso y luego se volvió a llevar las manos a la cabeza como si estuviese herido de gravedad. Milagroso.
