Monsieur l’arbitre (1): La suerte está de mi parte
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Como la gran mayoría que empezamos en esto, mi caso es similar. Desde los 8 años jugando al fútbol sala en el colegio de tu infancia, llega un día en el que te das cuenta que viendo partidos tu mirada no se centra ni en los locales ni en los visitantes. El árbitro es quien te llama la atención. Tras haber arbitrado durante varios años como hobby, decido colegiarme en Málaga, donde vivía hasta ahora. Este año, por trabajo, me encuentro en Cluses, un pueblo de la Alta Saboya. Viví un año en Lyon y por aquel entonces dejé escapar la oportunidad de seguir con una de mis pasiones. Este año no me iba a pasar lo mismo.
Como solemos hacer todos, para informarnos de algo recurrimos a internet. En internet localicé la sede de la federación (District Foot) en mi provincia. Como no dispongo de coche tuve que coger varios trenes para llegar hasta la frontera franco-suiza, donde se encuentra la sede. Allí comenté mi situación y mi aparición fue en el momento preciso. ¡Estaban redactando una noticia en busca de árbitros de fútbol sala! El fútbol sala en Francia está desarrollándose cada vez más y no se puede decir lo mismo de los árbitros (tan solo 2 árbitros de fútbol sala en mi Departamento, que además son de fútbol 11).
A partir de ese momento todo serían trabas. Tan solo hay 10 equipos de fútbol sala en mi Departamento y, al ser una zona montañosa (a pies del Mont-Blanc), las conexiones son muy complejas. Los horarios de los partidos de fútbol sala suelen ser entre semana, así que no podría ir por el trabajo. Además tampoco podía solicitar arbitrar en fútbol 11, ya que mi licencia en España es de fútbol sala y las jornadas de formación habían pasado. Para colmo, tenía que buscarme un equipo que me tramitara la licencia y en mi pueblo no había ninguno de fútbol sala. Sí… ¡¡los árbitros pertenecen a los equipos!!
Decidí abandonar la idea de seguir con el arbitraje en Francia y con gran desilusión volví a mi pueblo a seguir con mi trabajo. Por cierto, no he dicho en qué trabajo y es indispensable para continuar: soy profesor de español en un instituto. Hablando con mis compañeros profesores conozco al profesor del Bachillerato de fútbol, una modalidad de bachillerato en la que los alumnos además de estudiar matemáticas, francés y ciencias, entrenan para formarse profesionalmente en fútbol. Ese momento cambió mi futuro arbitral en Francia.
Este hombre es el director deportivo del equipo de fútbol del pueblo: Cluses-Scionzier. Se ve que mis palabras le llegaron dentro porque el mismo día, tras las clases, me llevó al estadio de fútbol donde me tomó los datos para licenciarme tanto en fútbol sala como fútbol 11. Fotocopió mi carné de árbitro, la carta de recomendación de mi vocal en Málaga, mi número de cuenta francés y el resultado del examen médico que había pasado. Firmé la petición de licencia y solo quedaba esperar noticias de la FFF (Fédération Française de Football).
La buena suerte continuó en los dos días siguientes. Estando en el supermercado haciendo unas compras recibo una llamada de un número francés: uno de los dos árbitros de fútbol sala de mi departamento. Había recibido la solicitud de licencia de mi club y mi licencia de España había sido verificada. No quedó ahí la cosa, lo siguiente fue comunicarme que ya que mi especialidad era el fútbol sala, el delegado de la Ligue Régionale (Autonómica) le había pedido mi ascenso a la categoría autonómica porque necesitaba árbitros. ¡A esto sí que se le llama un ascenso administrativo y sin tener aún ni la licencia expedida! Aunque con el estado de emergencia decretado en Francia para 3 meses, los desplazamientos de muchos equipos, sobre todo los equipos de los centros escolares, se están anulando.
El fútbol sala parecía haberse aclarado y el fútbol 11 también me sonrió. Me llamó el director deportivo de mi club y me pidió un favor. A cambio de tramitarte la licencia y costearte las jornadas de formación y material, tienes que participar activamente en la vida del club, como ya dijo Adrián en su post de octubre. Por complementar un poco esta información, decir que esto lo hacen para obligar a que haya un número de árbitros bastante elevado para poder hacer frente a todo el volumen de partidos que tienen cada semana en Francia. Además, la distancia entre los pueblos es más grande que en España, con lo que se necesita tiempo para llegar. Otro problema es que el reglamento no permite arbitrar dos partidos de cierta categoría si no ha pasado un mínimo entre ambos.
Volviendo al favor que me pidieron, este no era otro que actuar como árbitro asistente en un partido amistoso del club, ya que uno de los asistentes se había puesto enfermo y no podían enviar a otro. El rival era el Evian TGFC “B”, ¡el filial del equipo que jugó en la Ligue 1 francesa el año pasado! Problema: mi conjunto arbitral, los silbatos, las tarjetas, los banderines, etc… todo en Málaga. Solo tengo un llaverito Pony.
La sección de Árbitros por el Mundo la conocí estando en Lyon y siempre pensé en aportar algo un día. Pues bueno, ¡aquí estoy! En la siguiente entrada os contaré cómo fue este primer partido y el día a día en la convivencia con el club. Espero que os haya entretenido este primer post. ¡Hasta la próxima!