Apedrean el coche del árbitro mientras él estaba dentro
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios
- 4.494 lecturas
Javier Capilla vivió ayer una jornada que no olvidará. El colegiado de Segunda Regional fue agredido por “seis o siete” aficionados “presuntamente locales” justo después del enfrentamiento que midió al líder Moró y al Grau de Castelló, segundo clasificado. El partido fue muy intenso y se saldó con nueves cartulinas amarillas y hasta tres expulsados. El resultado final fue de 1-3 y supuso la primera derrota del Moró esta temporada.
“Me estaba yendo hacia el coche cuando unos niños de 16 o 17 años me empezaron a tirar piedras. Una vez dentro impactaron dos de ellas en mi coche, una en el capó y otra que destrozó la luna” relató el árbitro al Periódico Mediterráneo “Sentí miedo porque un pedrusco enorme impactó en la luna delantera de mi vehículo y volví corriendo al campo”, recuerda.
“Cuando acabó el partido, dirigiéndome al parking, me lanzaron seis o siete piedras. Por suerte no me dio ninguna, pero en el vehículo ya era un blanco fácil y unos chavales que no tendrían más de 16 años me tiraron tres pedruscos. Uno de ellos impactó en la luna delantera, me asusté y volví corriendo al campo”, recuerda aún con el miedo en el cuerpo. Cuando volvió al estadio se encontró con el presidente del Moró, Santiago Forés, y con el tesorero, Alberto Edo, que le acompañaron al coche para que volviera a Castellón con el automóvil ya siniestrado: “Menos mal que todavía estaban ellos porque el delegado de campo, Jorge Bou, que en teoría debería ayudarme hasta el final, ya se había ido”.
El árbitro asegura que los agresores “eran chavales jóvenes”, pero no puede asegurar si estaban en el campo: “Juraría que eran aficionados, pero cuando pitas no tienes tiempo para fijarte en el público”. Javier Capilla reconoce que la Segunda Regional “es una categoría muy violenta”, aunque nunca habían llegado a estos extremos: “Me han dicho de todo y amenazado, pero jamás habían llegado tan lejos”.
Por su parte, el presidente del Moró, Santiago Forés, lamenta y denuncia lo ocurrido, al tiempo que da su versión del suceso: “El partido era difícil, había mucha tensión y llamamos a la Guardia Civil en el descanso para que ayudara al colegiado, pero se fue tras el partido y no podemos controlar lo que pasa fuera del recinto deportivo”.
Forés recuerda que el árbitro les dijo que los agresores “estaban escondidos en un almendro” y añade que en Moró no hay precedentes de un caso similar: “Nunca ha pasado nada parecido y lamentamos que se nos relacione con esto”.
Fuente: El Periodico Mediterraneo
Comentarios
#1
El problema es que los delegados no saben cuales son sus funciones y como nunca pasa nada, o casi nunca, nosotros no nos esforzarnos en recordarselas. El problema está en relajarnos y no ponernos serios cuando un delegado no sabe que es lo que tiene que hacer no recordarselo. Sí siempre vamos con las reglas y las normas por delante nos evitamos muchos problemas.
#2
Sólo un apunte, sí que deben controlar lo que pasa fuera del campo. El Delegado de campo tiene la obligación de acompañarlo hasta el vehículo arbitral.