Hablar por el móvil también sale caro cuando se arbitra
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El colegiado Fathellah Dabhi, que arbitraba el partido de alevines Linyola-Guissona, ha sido sancionado con ocho partidos por el comité de árbitros de la Federación Catalana de Fútbol (FCF), por hablar por teléfono mientras transcurría el encuentro. Así lo ha hecho saber la Catalana en una nota de prensa y se ha querido publicitar el castigo para dar ejemplo de una mala práctica.
El comité de árbitros le ha aplicado el artículo 33.2 apartado d, correspondiente al reglamento, en el que se sanciona a los colegiados que durante sus actuaciones oficiales "profieran palabras o realicen acciones de denoten una falta de respeto o consideración hacia cualquier persona federada o espectador".
Así, Fathellah Dabhi, que podrá recurrir la sanción al comité de apelación, en principio no podrá arbitrar en las siguientes ocho jornadas y sobre él también recaerá una penalización accesoria de 0,2 puntos, que se le extraerá de la clasificación final de la temporada.
Para evaluar la gravedad de la sanción, el comité de árbitros ha tenido en cuenta la naturaleza del acto de "desconsideración, que demuestra un menosprecio total y absoluto a los participantes en el partido y a la propio competición", además del potencial "riesgo que supone introducir un elemento ajeno al juego como es un teléfono móvil".
