El juego brusco grave según Punto Pelota
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Las opiniones pueden ser muy distintas según quién sea el crítico en cuestión. El caso es que con el objetivo de rellenar minutos y sembrar más polémica, en el famoso programa “Punto Pelota” de Intereconomía al clásico Joaquín Ramos Marcos le han fichado un ayudante de nombre Juanfe al que llaman el “becario” y que en ocasiones rebate a su maestro.
El otro día sin ir más lejos, el becario, con las Reglas de Juego en la mano, defendía que la segunda amarilla a Pepe frente al Sevilla debía ser tarjeta roja directa, algo que cabreó al ex-árbitro. En medio, nos ofrecieron un apasionante debate reglamentario sobre el juego brusco grave y la conducta antideportiva.
Ramos Marcos: El juego brusco lo que dice es que el jugador utilice métodos que hagan daño al contrario.
Becario: No, no, eso es una conducta antideportiva. Esto sería juego brusco grave
Ramos Marcos: Si esto es juego brusco, habría que ver que serían otras jugadas.
Becario: De lo que tú estás hablando sería si estuviese el balón por el medio
Después de este primer intercambio de golpes, difícil de entender, vuelven a ver las imágenes.
Ramos Marcos: Dime dónde ves tú el juego brusco grave
Becario: En los dos manotazos que lanza a propósito el jugador
Ramos Marcos: ¿Pero eso es juego brusco grave?
Presentador: ¿Entonces no es juego brusco grave?
Ramos Marcos: No, para mí no
Presentador: ¿Entonces qué es?
Ramos Marcos: Lo que es.
Tras este argumento tan sólido del ex-árbitro, el becario nos explica que una conducta imprudente puede ser amonestación.
Becario: No existe
Presentador: ¿Cómo que no existe?
Becario: Dentro de los reglamentos tiene que ser algo… No puede ser amonestación. Una amonestación tiene que ser por una conducta temeraria, imprudente…
Ramos Marcos: Enséñame en el acta, qué dice el acta
Becario: ¿La segunda amarilla? Por impactar a un jugador
Ramos Marcos: ¿Y eso es juego brusco grave?
Becario: Para mí sí. Para el árbitro no porque sabe que le va a expulsar.
Al final, nada mejor que despreciar la opinión del ayudante, antes de llegar a la conclusión final.
Ramos Marcos: Pero da la casualidad que tú ni arbitras en la categoría… ¡ya está!
Presentador: ¿Y si le da la cara y le rompe la nariz?
Ramos Marcos: Entonces sí… la diferencia es que no hay daño.
