La salvajada del año en Argentina: los árbitros sobrevivieron de milagro
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El fútbol volvió a ser víctima de la violencia . Hubo heridos, corridas, sanciones y una pasiva respuesta policial. Se jugaba el partido de vuelta por los cuartos de final del segundo ascenso de la categoría Federal B y el partido debió ser suspendido a los 45 minutos del segundo tiempo, al ser invadido el campo de juego por hinchas locales. Los protagonistas eran Independiente de Chivilcoy y Juventud de Pergamino, y jugaban en cancha de Pergamino, donde los locales perdían por 1-0. Pero el resultado deportivo quedó al margen, al ver el desarrollo y las consecuencias.
El árbitro Bruno Amiconi y los asistentes Marcelo Acosta y Mauricio Luna fueron agredidos con piedras y golpes, con heridas profundas por lo que debieron ser trasladados al hospital de la ciudad por los traumatismos recibidos. Uno de ellos recibió diez puntos de sutura por un corte en la cabeza.
Marcelo Acosta declaró a radio Rivadavia que duda sobre su continuidad en la profesión. "El operativo falló, nos 'regalaron'. Cuando pedimos por la Policía no aparecieron. Fue una zona liberada. La verdad es que me replanteo la profesión", dijo. Y añadió: "Yo me pude defender, pero los otros árbitros la sufrieron más, tuvieron pérdida de conocimiento.Yo pensé que nos mataban. Yo dentro de todo no caí al suelo, me pude defender. Se me pasó la vida en un segundo. Ves que no podés hacer nada. Eran 70 que entraron y estaban pegándonos".
"Temía no solo por mi vida sino por la de mis compañeros. Cuando entramos a la cancha ya sabíamos que era un partido de alto riesgo. Había gente tomando alcohol. Después adentro de la cancha era un descontrol, tiraron bengalas, botellas, de todo. Lo que tenían lo tiraban", explicó el asistente.
En lo deportivo, todavía resta conocer la decisión del Tribunal de Disciplina de la AFA. Guillermo Marconi, titular del Sadra, anticipó que su sindicato pidió la desafiliación del equipo de Pergamino.