Las árbitras hablan del sexismo en el fútbol
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Son pocas las mujeres que se enfundan las medias negras, se ajustan el silbato y se meten en el bolsillo las tarjetas rojas y amarillas. Pocas las que lo hacen y menos aún las que logran sortear las categorías infantiles del fútbol: "conozco a una chica que lleva dos años pitando infantiles mientras todos sus compañeros hombres ascienden. Esas situaciones se repiten y desaniman a las chicas a entrar en el mundo del arbitraje", lo explica Paloma Mata, ex árbitra y autora de: 'Árbitra no me ha llamado nadie', el único trabajo, elaborado sobre el sexismo en el arbitraje femenino español.
Zulema González sueña con dirigir un partido en las máximas categorías, aunque sabe bien que nunca una mujer ha llegado a arbitrar en el fútbol profesional (Primera y Segunda División), lo máximo ha sido Segunda B, todo una carrera de obstáculos para las pocas que lo han logrado: "Para nosotras son más difíciles los ascensos porque las pruebas físicas son las mismas que para los compañeros hombres. El machismo no viene de nuestros compañeros, al contrario, sino de muchos directivos que no apoyan a las mujeres", cuenta Paloma Mata y reivindica que en otras profesiones, como los bomberos, se diferencian las pruebas y no por ello se presupone que una mujer está menos preparada.
Además tienen que aguantar los insultos que, normalmente, proceden de la grada: "Te acabas acostumbrando. Casi que dejas de escuchar cuando te están insultando. Hasta te dan más ganas, como más adrenalina, de demostrarles que lo sabes hacer bien", explica Zulema, una de las jóvenes árbitras con más futuro en el fútbol español. Es la primera mujer que asciende a la primera categoría del fútbol orensano, Primera Autonómica, una federación, que se ha tomado muy en serio el ascenso de las mujeres. Sólo en la provincia de Orense pitan 16 mujeres, muchas, teniendo en cuenta que en comunidades como País Vasco o Cantabria hay menos de diez. Antonio Docabo, delegado en Orense del Comité Técnico Gallego de Árbitros de Fútbol, señala que ellos se han tomado muy en serio potenciar la figura de las mujeres en el fútbol: "se está trabajando mucho con el fútbol femenino pero también con potenciar a las chicas que tenemos en el resto de categorías".
Lucía tiene sólo diecisiete años pero arbitra desde hace cinco. Cada domingo, su padre la lleva por toda la provincia recorriendo kilómetros para pitar donde le toque: "los dos primeros años son los peores, luego te acostumbras a los insultos y hasta a que intenten agredirte. Hay fines de semana que tienes hasta cuatro partidos pero a mí me gusta mucho arbitrar. Cuando te gritan ni les escuchas. Hay que ganarse el respeto". Para los padres y madres que les acompañan cada fin de semana tampoco es fácil aguantar los noventa minutos de cada partido: "Yo muchos días digo, ¿saldremos o no saldremos?, ¿Podremos irnos sin problemas?, relata Jose, el padre de Lucía. Confiesa que ya no escucha todas las palabras malsonantes que en cada partido le dedican a su hija desde la grada: "Pero a ella le gusta, le va la marcha, y le gusta imponerse en el campo. Cada vez lo hace mejor".
Fuente: Telecinco
Comentarios
#1
totalmente de acuerdo con lo del sexismo pero tambien a la chavala tendria que leer el reglamento cuando cae lesionado el chico y le dice al otro que no meta prisa que mire que la hora ya esta parada eso nunca lo puedes hacer , si consideras que se pierde tiempo lo añades al final saludos
#2
En primer lugar me gustaría felicitar a los creadores de la página por la idea, si sale bien, que espero que así sea va a ser una gran plataforma para nosotros, los grandes olvidados del fútbol.
En segundo lugar, quiero decir que después de ver el reportaje siento un enfrentamiento de ideas en mi cabeza. Aquí en este mundo todos somos arbitro, y cuando digo arbitros hablo de mí, de mis compañeros y de todas y cada una de mis compañeras. No se vosotros, pero yo por lo menos no hago distinciones. Tanto valgo yo en el campo como vale otro chico, como una chica y es aqui donde viene mi malestar por el reportaje. Me parece genial que se hable del mundo del arbitraje, pero el hecho de separarlo en hombres y mujeres ya es eso que tanto se critica al final del mismo: sexismo. Me habría gustado más ver un reportaje sobre los cursos de arbitraje de los que cada año salen varios chavalines a este mundo que para ellos es nuevo, a los que como a nosotros también insultarán a veces, y que pasaran malos, pero sobre todo buenos momentos haciendo lo que más nos gusta, arbitrar.