Marisa Villa se despidió por la puerta grande
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No quería que su último partido fuese la final. Después de su brillante trayectoria, no le asustaba. Simplemente, sabía que su presencia significaba la ausencia de la selección española. Sin embargo, una vez eliminada la “roja”, a Marisa Villa se le abría las puertas de tener un final de carrera que muy pocos pueden soñar. Una final de una Eurocopa, como asistente principal.
En declaraciones a la web de la RFEF, Marisa dijo “haber sentido una alegría enorme: será una motivación más para terminar mi carrera con muy buen sabor de boca” y, en las horas previas a su tercera final, reconoció que “nunca me hubiera imaginado llegar hasta aquí”.
El partido, celebrado en la localidad sueca de Solna, no decepcionó. Alemania se impuso 1-0 a Noruega, pero las nórdicas fallaron dos penas máximas. La deportividad fue máxima y la árbitra, la rumana Cristina Dorcioman, sólo mostró una tarjeta amarilla
