Un golazo “fantasma” invisible para todos

El “Guti” Estrada, jugador del Tuzos mexicano, vio estos días cómo le era negado uno de los goles más bonitos de su carrera. Un trallazo lejano se fue al larguero y rebotó con fuerza hacia dentro del campo. Lo hizo a tanta velocidad que en el campo nadie se percató que el balón botó más allá de la línea de meta.

Acostumbrados a ver cómo los jugadores reclaman todo, en esta ocasión ninguno de los once futbolistas de Tuzos protestó. Parecía inimaginable que esa pelota hubiese entrado. Y quién podría verlo, el asistente, lo tenía imposible. En el momento del disparo, el penúltimo defensor estaba más allá de la frontal del área de penalti. Ni el más rápido de los mortales llegaría en tan poco tiempo a la línea de meta.