Otro perro que evita que el balón entre en la meta
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Hace una semana os hablábamos del perro que detuvo un penalti y comentábamos que era la única excepción a la norma general de conceder balón a tierra cuando un objeto extraño interfiere en el juego. Un supuesto que puede parecer casi milagroso, aunque en mente de todos está aquel balón que entró en el campo en un partido de la Premier para despistar a Reina. El árbitro había concedido gol en aquella ocasión, un error que pasaría a la historia.
Parece increíble, pero lo del perro ha vuelto a suceder. Sucedió en la tercera división argentina, cuando Boby, el perro, a pesar de ser local, impidió el gol de Juventud Unida con un cabezazo certero cuando la pelota estaba por ingresar en la meta.
El gol en ningún caso puede concederse, ya que la pelota no traspasa la línea. Hubiese sido válido si, aunque tocase en el perro, acabase en las redes. Las Reglas contemplan este supuesto de gol después de interferencia desde 2016 y para ello ponen como condición que la presencia del cuerpo extraño (o espectador) no mermase las posibilidades del equipo defensor de jugar el balón.
De todas formas, da la sensación de que la gloria del perro no era para tanto: la jugada parece estar anulada dos segundos antes por obstaculizar el saque del portero. Si no fuese así, es muy probable que el animal se librase de la ira de los humanos.