Arbitrando en Roma (1): Vini, vidi, vinci… y me frenaron

Ángel Luis Modia Martín arbitraba Tercera División en Cartagena. Deportivamente, no le iban mal las cosas. Estaba en la categoría desde el año 2006 e incluso disfrutó de cuatro partidos de fase de ascenso a Segunda “B”. Sin embargo, como tantos jóvenes españoles, tuvo que buscarse sus opciones laborales fuera de nuestro país. Una vez lograda la licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, emigró a Roma en busca de oportunidades en su especialidad. Tuvo fortuna y actualmente trabaja como maestro de gimnasia en el centro de la ciudad, a escasos metros del Vaticano.

Pese a la distancia, Luis no se olvidó de su pasión por el silbato y ha tenido la gentileza de contar a los lectores de Árbitro10 sus experiencias en un fútbol distinto al nuestro. Nos contará su experiencia italiana en varios capítulos.

El recibimiento. “Nada más llegar, busqué la delegación de árbitros de Roma para contarles mi caso. En un primer momento no me pusieron ninguna pega e incluso me animaron para que lo hiciese porque sería una experiencia increíble también para ellos. Solo me pidieron un escrito de mi federación para asegurarse de que era árbitro de categoría nacional y un pequeño historial de mi carrera arbitral”.

Pruebas físicas y examen, para empezar. “En un primer momento me dijeron que si todo era correcto no iba a ver ningún problema en poder arbitrar mi categoría de Tercera División, lo que en Italia seria serie C2. Me dijeron que tenía que acudir a una concentración con los 137 árbitros regionales del Lazio, la región en la que se encuentra Roma. Consistía en unas pruebas físicas y unos exámenes de Reglas con 4 respuestas posibles y una correcta donde tenía 20 segundos para leer y contestar, algo que no era sencillo teniendo en cuenta que llevaba para aquellos tiempos un mes en Roma, y aún no sabía mucho de italiano. Las pruebas físicas era la Course-Navette, completamente diferente a la interválica que hacemos en España. No me fue mal. En las físicas quedé el primero de los 137 y a nivel teórico, pese a mi dificultad con el idioma, quedé el segundo”.

Mis “ascensos”. “Tras estos buenos resultados la verdad que termine muy contento y mis compañeros se sorprendieron del nivel que tenia con respecto a ellos. Me dijeron que iba a ir poco a poco subiendo de categoría para ir adaptándome. Empecé por cadetes, luego juveniles, hasta que llegué hasta la llamada 2º categoría, similar a la 1ª Regional española, donde fueron a verme. El Comité de informadores  me llamó para felicitarme. Dijeron que había sido uno de los mejores árbitros que habían visto pasar por esta categoría”.

El frenazo... ¡qué impotencia! “Todo iba muy bien la verdad hasta que un día en  la delegación de Roma me llama el presidente y me comenta que va a ser imposible que siga subiendo de categoría. Me cuenta que el presidente regional ha dicho que no interesa ascenderme y que o seguía arbitrando en 2º categoría o que dejara de arbitrar allí.  Así que os podéis imaginar mi impotencia y tristeza al mismo tiempo, ya que era árbitro desde los 14 años y nunca me había ocurrido algo semejante. Llamé a mi presidente de Murcia para haber si podía hacer algo. Él llamó a Sánchez Arminio para ver si podía solucionarlo, pero finalmente no se pudo hacer nada y aquí sigo, arbitrando 2º categoría.

Lo único que me motiva es que cada semana me dan el partido más interesante de la jornada. Esto me anima, ya que el director de esta categoría siempre me ha ayudado a pesar de las dificultades.”