Un partido de benjamines acaba con una agresión al árbitro

Ya son muchos los que creen que la violencia física y verbal ya es mayor en el fútbol base que en el fútbol aficionado. Algunos papás, algunas mamás y algunos entrenadores han transformado unas horas de diversión de los niños en un campo de batalla donde se cruzan insultos de todo tipo. Alguna vez la cosa va más allá, como este fin de semana.

Jugaban en A Coruña el San Cristóbal y el Calasanz de Benjamines en la modalidad de fútbol-8. El partido debió de ser caliente, al menos para el entrenador del San Cristóbal, que fue expulsado por doble amonestación. Desgraciadamente, la de entrenadores expulsados en estas categorías es una escena ya habitual.

Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Cuando el árbitro, Álvaro Millán Mallo, señaló el final del partido, un aficionado bajó de la grada con unas intenciones demasiado claras, como figura en el acta:

“Al finalizar el encuentro, cuando me dirigía a mi vestuario, un espectador que por sus comentarios hacia mi persona pertenecía al club San Cristóbal das Viñas, se dirige a mí en los siguientes términos :  ‘No te meto una hostia porque no eres un hombre’. Acto seguido, me mete un cabezazo en el pómulo”.

El árbitro acudió a un centro médico, donde se le hizo parte de sus lesiones. Pero ya se sabe, que las secuelas mentales en estos casos son peores que las físicas. Y es que es muy difícil seguir luchando cuando vas a pitar a niños de 8 años y acabas en el hospital.