Boateng derriba a tres rivales en diez segundos…

Cuando un jugador pierde los papeles en un campo de fútbol es difícil de controlar. Que se lo digan a Derek Boateng (no confundir con Kevin-Prince Boateng, el futbolista del Milan lesionado el mes pasado por exceso de sexo). Resulta que Derek inició su desmadre con una fea entrada a un jugador del Vorskla. Cuando varios rivales fueron a recriminarle, empezó a empujones y golpes, dejando dos víctimas más por el suelo por el camino.

El árbitro le mostró la tarjeta roja directa, por la primera entrada. Por si acaso tenía alguna duda, Boateng se lo puso fácil: le dio dos motivos más para tomar esa decisión. Eso sí, debió tomarse su cuidado para no convertirse en un “sparring” más de un luchador alocado.