Cincuenta años después, descubrimos que Bakhramov tenía razón
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Los buenos aficionados a la historia del fútbol y del arbitraje conocéis la historia. La contamos en este reportaje Árbitro10. Un 30 de julio de 1966, en el mítico estadio de Wembley, entró en la historia un juez de línea azerbayano (soviético, por aquel entonces): Tofik Bakhramov. Con su claro gesto de afirmación se convirtió en un personaje odiado en Alemania, al conceder el gol fantasma de Geoff Hurst. Surgieron opiniones para todos los gustos: los perdedores hablaron de robo, el Sunday Mirror mostró una fotografía donde parecía que el balón movía la red y Bobby Charlton dijo siempre estar convencido de la validez del gol. Para añadir más confusión, Bakhramov manifestó que creyó que el balón golpeó en las mallas y no en el larguero. La historia alcanzó dimensiones de leyenda cuando se dijo que el azerbayano fue preguntado una vez más mientras agonizaba y respondió "Stalingrado". ¿Una venganza contra los alemanes por la Segunda Guerra Mundial?
El debate aún siguió hasta nuestros días. En los años 90, la Universidad de Oxford publicó un estudio que afirmaba que el balón botó 6 centímetros por delante de la línea de gol, lo que demostraría que el gol fue ilegal. Pues bien, cuando están a punto de cumplirse 50 años de ese partido, ha salido un estudio de Sky Sports, con la ayuda técnica de Opta y de Electronic Arts, el célebre gol de Hurst es legal, donde dice lo contrario.
"Alemania no tiene nada qué quejarse", aseguran desde Sky. Una versión que ya ha obtenido respuesta en el diario alemán Bild. "Si docenas de análisis han probado que el balón no entró. ¿Cómo podemos creerlo?", aseguró en twitter.