Cristiano Ronaldo, Gurpegui y el juego sucio (por Pablo Burillo)
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Este artículo lo firma Pablo Burillo en la web del grupo IGOID (Investigación y Gestión de Organizaciones e Instalaciones Deportivas). Podéis visitarla en la siguiente dirección: http://www.investigacionengestiondeportiva.es
Cristiano Ronaldo, Gurpegui y el juego sucio
El fútbol es mucho más que goles. Vive en gran medida de la polémica; esa parte intrínseca de este deporte, que se alimenta lunes tras lunes, como si de una resaca inevitable se tratara, tras el intenso fin de semana. Los goles marrados, los rebotes en propia puerta, la derrota cuando parecía imposible, los aciertos y errores de sus protagonistas (jugadores, entrenadores y árbitros) son hechos que nos permiten soñar con otra realidad, al margen de la que en verdad ocurrió. La polémica hace tiempo que se hizo necesaria. Hasta aquí nada que reprochar.
Pero hay otro fútbol que el aficionado no discute, bien porque no le interesa, o bien, porque se le caen muchos de sus ídolos que salvaguardan su discurso triunfal y optimista en los comentarios con otros hinchas rivales. Es el Juego Sucio.
Anoche, lejos del espectáculo deportivo que se presumía entre un aspirante al título (Real Madrid) y un equipo imbatible en liga en su feudo (Athletic Club), todo se ennegreció por el Juego Sucio. Una jugada polémica fue a la postre el detonante mediático y lo que quedó del partido:
Cristiano Ronaldo protesta al árbitro un penalti por una mano inexistente dentro del área de Gurpegui. Este último recrimina al madridista el hecho con un empujón y acercándose en demasía. CR7se lo aparta con un mal gesto, intentando cogerle del pelo y dándole con su brazo en la cara. Acto seguido Gurpegui se deja caer al suelo, se levanta y al darse cuenta que puede sacar tajada exagerando la acción, engaña al respetable volviéndose a caer al suelo y retorciéndose de dolor. Varios futbolistas, como Iturraspe, acuden al rescate (que no es tal) de su compañero lastimado. Cristiano Ronaldo es expulsado y al abandonar el terreno de juego, mirando a los árbitros, se lleva la palma de la mano a su cara repetidamente en una expresión de “caradura”. Gurpegui sale indemne del hecho (sin tarjeta y por supuesto sin lesión).
Una jugada que, tras analizarla uno tranquilamente en su sofá y ver sucesivas repeticiones, podría haberse quedado en una amonestación para ambos jugadores por el forcejeó descortés. Pero en el campo, todo se magnifica, se encrudece, y sobre todo, no hay repeticiones que salven a nadie. No es justificar un posible error, pero sí analizarlo. Y todo fluye de un mismo cauce: el Juego Sucio.
El acto rudo de Cristiano con Gurpegui es reprochable. El gesto de éste una vez expulsado es grosero y soez, que marchita la imagen del actual Balón de Oro. Y la actuación maliciosa de Gurpegui es despreciable a todos los niveles. Un día después, los periódicos deportivos, lejos de criticar estos actos intolerables de ambos jugadores, critican el error arbitral, así como se escudan en una deficiente redacción del acta para minimizar el futuro castigo. Nada de crítica sobre la actuación de los dos protagonistas.
Y es que no vamos por buen camino. Si queremos un fútbol que sea ejemplo de valores para las futuras y presentes generaciones, nada de esto ayuda. No ayudan los implicados y no ayudan sus altavoces mediáticos. Es necesario acabar de una vez con la violencia verbal, física y la falta de honradez de algunos jugadores, cuando una jugada polémica puede deteriorar al rival.
El error o el acierto de cara a un gol, a una parada, a un penalti, a una sustitución, siempre perdurarán mientras haya personas en el campo (jugadores, entrenadores o árbitros). Pero los comportamientos y actos ruines y ofensivos deben estar fuera de este deporte. Al igual que cuando un acto degradante ocurre en un partido de la Premier League (como recientemente ocurrió con un gesto de Anelka), el Comité de Disciplina Deportiva debe actuar para salvaguardar el deporte y sus valores. No hay peros que valgan. El desacierto de Cristiano es similar a la actuación rastrera de Gurpegui. No lo podemos consentir y habrá que entrar de oficio si se quiere erradicar. Luego nos lamentamos porque en los partidos de deporte base hay tanta o más violencia que un partido profesional. Y es que simplemente imitan el juego que ven: el Juego Sucio.
Comentarios
#1
Dice:"tras analizar tranquilo en el sofa....." Si que analizaste tranquilo,si, que la agresión a gurpegui no es la que sanciono el colegiado