Un entrenador detiene un partido por insultos a un niño del equipo rival
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La historia la cuenta el diario La Información de Alicante y varios diarios ya se han hecho eco. La actitud y el discurso del entrenador deberían estar en todos los manuales del fair-play y se resumen en una frase: con insultos, no puede haber deporte. El aficionado quedó en evidencia y el partido continuó. Esto es lo que cuenta La Información.
"Como vuelva a escuchar un comentario despectivo se acaba el partido. ¿Pero de qué vais? Son niños". José Mayans, entrenador del equipo benjamín del Atlético San Blas, no se anduvo por las ramas. Tras observar que jóvenes aficionados de su club, ubicados en una esquina de la grada del campo de San Blas, insultaban y menospreciaban a jugadores del equipo rival, Mayans pidió al árbitro que detuviera el partido y pasó a la acción: cruzó el campo, se dirigió a la grada y acabó exigiendo a todos los miembros del grupo de exaltados que abandonaran el recinto. El resto de espectadores premió el gesto del técnico con un sonoro aplauso.
"Lo tenía muy claro, si no salía el que había insultado yo no ganaba la Liga pero el partido se suspendía inmediatamente", señaló el técnico alicantino, que ayer recibió numerosas felicitaciones por su gesto. "Son niños de 9 y 10 años, eso no se puede permitir y menos en mi casa, trabajamos los valores y somos un equipo ejemplar, ni siquiera hemos visto tarjetas amarillas", expresó ayer el entrenador y fundador del Atlético San Blas. La acción sucedió durante el último partido de la liga benjamín entre el Atlético San Blas y el Playas de Alicante.
"Me giré al banquillo rival y observé que un niño estaba llorando. Me acerqué y me dijo que le estaban insultando desde la grada llamándole gordo y metiéndose con él", explica Mayans.
"Lo cogí y me fui a la grada a que me dijera quién le estaba insultando. Me resultaba raro porque la gente aquí es muy educada y no suele pasar nada. Comencé a gritar que o salía el que había insultado o el partido se suspendía inmediatamente", relata el técnico, que vio cómo su amenaza surtió efecto.
"Salieron los que habían sido y el partido siguió. Me dirigí a todo el mundo para que me oyeran", dijo Mayans, que consiguió su segunda Liga con el Atlético San Blas.
El gesto del técnico tuvo un especial agradecimiento por parte del árbitro: "Vivió una situación incómoda, me dijo que él no había escuchado ningún insulto pero aplaudió mi acción. Me dio un abrazo y me agradeció que hubiera actuado de esa forma".
El Atlético San Blas posee más de 100 niños en sus escuelas pese a sus escasos dos años de existencia. Lo que tiene claro el club alicantino es que la deportividad debe ser el principal valor que quiere inculcar a los niños por encima de cualquier aspecto deportivo. "De nueve equipos ya tenemos a cuatro campeones, pero me quedo con que somos un club que cultiva los buenos valores por encima de cualquier cosa", concluye el técnico alicantino.
En declaraciones al medio digital Verne-El País, el entrenador resumió perfectamente lo que significan los insultos en el deporte base. "El problema es lo mal educados que estamos y la presión a la que se somete a los niños en los partidos. Debido a actitudes como esta los chavales se cansan del deporte y cuando llegan a la edad adulta ya no quieren seguir jugando". Añade que en estas edades, "enseñar a los niños valores y compañerismo es tan importante, incluso más, que el propio fútbol. Hay que hacer que se sientan mimados, queridos y apoyados y, a partir de ahí, ponerse a entrenar".
Podeis ver la información completa y el vídeo del momento de la suspensión en este enlace.
Comentarios
#1
Bien por este caballero.