Fin de semana de bochorno en Nerja y Granada

Los finales de Liga suelen ser especialmente problemáticos para los árbitros. Muchos los culpan de sus objetivos no cumplidos y, lo peor de todo, es que alguno lo hace de forma violenta. Esta semana toda España habla de las lamentables imágenes de Granada, con dos expulsiones después del partido y el botellazo de Dani Benítez, algo  inusual en el fútbol profesional. Por si alguien no ha visto las imágenes, este es el vídeo.

Pero más allá del fútbol de élite, está la cara menos conocida de los campos aficionados. Y aunque no tenemos vídeo, la imagen del árbitro algecireño del Colegio Andaluz Juan Carlos Crespo Sánchez, tumbado, sonado, después de ser agredido por el guardameta local, es reflejo de que aún queda mucho vándalo que erradicar. Sucedió en el partido de la cuadragésima primera jornada en el Grupo IX de Tercera entre el Nerja malagueño y el Huétor Tájar granadino.

El colegiado, en el minuto 19 de la segunda parte y con el resultado de empate a cero, solicitó al portero local, Iván Cabello, que se diera prisa en efectuar un saque de meta y éste le contestó y se encaró, por lo que el árbitro le mostró la tarjeta roja, tras lo que el guardameta le agredió con un puñetazo en la cara que le hizo caer al suelo y una vez sobre el terreno del estadio Municipal de Nerja de dio un par de patadas.

El colegiado algecireño, una vez que el portero se marchó del terreno, se incorporó pero, aturdido, volvió a caer, por lo que tuvo que ser asistido de algunas heridas en la cara mientras que llegaba una ambulancia, que le ha trasladado al Hospital Comarcal de la Axarquía, a unos trece kilómetros del estadio, donde fue atendido de las lesiones y sometiéndole a diversas pruebas médicas. El incidente también ha hecho que se personara en las instalaciones deportivas agentes de la Guardia Civil para abrir diligencias de lo sucedido.