La violencia sacude al fútbol juvenil de Andalucía
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El fútbol andaluz vivió una semana para olvidar en cuanto a incidentes se refiere. Un árbitro recibió un puñetazo en la cara por parte de un jugador, en un incidente en el que se vieron envueltos también padre y tío del agresor. Por otra parte, un futbolista y su padre fueron golpeados por un grupo de aficionados en otro partido.
De tal palo, tal astilla
Empezamos por la agresión al compañero en el partido Atlético Marbellí B-Fuengirola Athletic. En este caso, un jugador del equipo local, el Marbellí, de sólo 17 años agredió al colegiado, un incidente en el que se vieron implicados también el padre y el tío del futbolista. El golpe más importante, según el acta, fue un fuerte puñetazo en la cara, lo que llevó a la suspensión inmediata del encuentro, que ya estaba en sus últimos instantes.
El árbitro de este partido tuvo que ser hospitalizado tras el mencionado incidente, aunque afortunadamente fue dado alta, pese a que un tiene fuertes dolores. Los agresores, en cualquier caso, fueron identificados y el colegiado tiene previsto denunciarlos cuando le sea posible. El Atlético Marbellí emitió un comunicado mostrando su condena ante los hechos acaecidos y condenando la violencia en el fútbol.
Padre e hijo agredidos
El otro partido con incidentes fue el Olímpica Vitoriana-Yunquera Bonela. Según cuenta en Diario Sur, un grupo de doce personas procedentes del Carlinda irrumpió en las gradas del campo, y todos ellos empezaron "a propinar puñetazos, insultando y escupiendo a los aficionados y padres del equipo visitante"
Estas agresiones, según relata el colegiado Guillermo Pérez Godínez, tuvieron algunos actos destacados, como este: "Visualizo, una vez parado el encuentro y observando lo que estaba ocurriendo, cómo tiran por las escaleras a una persona de mediana edad, que andaba con muletas. Dicha persona, me afirma el jugador número 4 del equipo visitante que era su padre, que al ver cómo lo están tirando por las escaleras se acerca a las vallas que separan el graderío del terreno de juego y le propinan un puñetazo en la boca una de los doce personas agresoras". Este futbolista golpeado, su padre y otro compañero suyo tuvieron que ser trasladados al hospital. El árbitro explica, asimismo, que la pelea tuvo una duración de cinco minutos y que la docena de agresores se marcharon corriendo inmediatamente después.
Tras pasar por el hospital, todos pudieron marcharse a sus domicilios. El aficionado y padre golpeado sufre un esguince de rodilla, mientras que el hijo tendrá que hacerse algunas pruebas más, mientras que otro futbolista se marchó al final con un collarín. La policía se personó en las instalaciones y los afectados tienen previsto presentar las pertinentes denuncias contra los agresores.