Los robos en los vestuarios: un problema sin solución
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No es el primero, ni será el último. Algunos ya habéis sufrido un hurto en un vestuario. La antigua protección de no llevar mucho dinero a los campos se ha quedado insuficiente, desde que los carísimos smartphones han entrado en nuestras vidas y en muchos casos se han convertido en herramiento imprescindible, ya que cada vez hay más competiciones que obligan a hacer el acta por internet desde el propio vestuario. Muchos incluso lleváis tablet o ordenador para hacerla, lo que aumenta el botín para esta gentuza.
¿Soluciones? Difíciles. Podía hacerse responsable al club local, pero muchas veces las instalaciones son públicas y ya anuncian que no se hacen responsable. Por no hablar de cuando el "chorizo" es alguna oveja negra del colectivo, que también ha habido casos.
Esta es la noticia que publica el diario El Correo:
Un árbitro denunció ante la Ertzaintza que el sábado le robaron 144 euros y su teléfono móvil en el vestuario del campo de Los Llanos, en Portugalete. El hurto a R. P. C. se produjo mientras dirigía el partido de juvenil División Preferente entre el Portugalete A y el Otxarkoaga A.
El colegiado señaló que le sustrajeron los 49 euros que había cobrado por dirigir el partido, más otros 95 que llevaba y su teléfono móvil. El encuentro se jugó a las 19.00 horas y era el último que se disputaba en la instalación. El colegiado no compartió vestuario con nadie, como sucede en otras ocasiones.
En un anexo al acta, relata que utilizó el teléfono móvil dentro de la instalación durante el descanso. Cuando regresó al campo a dirigir la segunda parte «solicité a la persona encargada de las instalaciones que cerrase mi vestuario». Al acabar el partido (2-1 para los locales), se dirigió al interior de la instalación y se encontró con que «mis pertenencias personales no se encontraban en la misma situación en las que les dejé. El bolso estaba abierto y ya no estaban ni mi móvil ni mi monedero, que contenía los 45 euros que había cobrado en concepto de arbitraje más otros 95 que yo llevaba». El árbitro denunció lo sucedido ante los agentes de la Ertzaintza, que se presentaron en el campo