Piden 22 meses de cárcel para un árbitro que le partió un dedo a un entrenador
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El Ministerio Fiscal solicita una pena de un año y 10 meses de prisión para un árbitro que le partió un dedo a un entrenador en el transcurso de una discusión al finalizar un partido de fútbol femenino.
El escrito de acusación detalla que el 20 de diciembre de 2009, a la finalización del encuentro deportivo, se entabló una discusión entre el entrenador del equipo local -J.A.G.H.- y el árbitro -L.M.N.- en los vestuarios a donde entró dicho entrenador para pedirle explicaciones por su actuación.
En la discusión, "llegaron a las manos" y el entrenador golpeó al árbitro con un puñetazo en el cuello y otro en la cabeza. Acto seguido, L.M.N. reaccionó cogiéndolo de un dedo y "doblándoselo hasta que se lo partió".
Como consecuencia, el entrenador sufrió fractura de la falange del quinto dedo de la mano izquierda, quedándole un leve perjuicio estético por la tumefacción del dedo.
Fuente: www.ideal.es
Comentarios
#1
no es que en el vestuario,el árbitro tiene total inmunidad? yo creia que si te defendes dentro de tu vestuario no corres peligro de futuras denuncias
#2
No me parece bien el comentario anterior. No está justificado que le retorciese el dedo. Tenía que haberle retorcido los huevos y pillárselos con la puerta del vestuario.
#3
Si en un envcuentro el delegado de campo asi como el delegado de club del entrenador no impiden a este la entrada en el vestuario del árbitro. agrede al árbitro y el árbitro se defiende, no olvidemos que se defiende de una agresión hecha por una persona que no debería estar ahí.
Que le rompió un dedo, me parece bastante poco castigo para ese tipo de personas que piensan que hay que hacer las cosas a su voluntad ,que siempre quieren llevar la razón y que al no conseguirlo paga su frutración con arrebatos de violencia.
Al ärbitro solo puedo decirle, OLE OLE Y OLE, si todos hicieramo igual, se acaba de una vez con las agresiones a los árbitros, si no se protege y le rompe el dedo, seguro que individuo no pararía voluntariamente la agresión.