Pitana: “Creo que en la honestidad del árbitro argentino”
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El misionero Néstor Pitana cuenta su pasión por jugar al fútbol y cómo derivó eso en el silbato. Su infancia humilde en Misiones, el negocio de pilcha que él mismo atiende a veces en Posadas y su ilusión de dirigir en un Mundial. ¿El de 2018? “¿Y por qué no el próximo?”, sorprende.
-Se viene la Súper Final y fuiste designado para dirigirla.
-Es una gran alegría y responsabilidad. Tengo ganas de seguir creciendo y aprendiendo.
-¿Semestre positivo?
-Una linda experiencia, torneo local y dos partidos de Eliminatorias. Hay cosas que corregir por supuesto. Uno trabaja con mucha humildad, respeto, a los protagonistas, cuerpo técnico, periodistas.
-¿Este torneo no fue uno de los peores del arbitraje argentino?
-A ver, si uno va analizando hubo errores, claro. Pero también hay que ver el juego, el fútbol va cambiando en lo rápido que se hace y tomar una decisión acertada es difícil. Puede ser que se den más polémicas, también por la televisación. Fui a un partido de Eliminatorias y había 35 cámaras. Pero yo al arbitraje argentino lo coloco como top en el mundo.
-¿En el mundo?
-Sí. En Argentina se opina mucho, y en otros países no. Pero la crítica hace que nosotros cada vez nos vamos fortaleciendo más, yo lo tomo para crecer. Veo el video, pongo pausa, reviso, digo “me equivoqué”. Era penal, ahora tengo que ponerme a ver por qué no vi el penal. Estaba mal posicionado o qué pasó.
-¿Fuiste a la facultad en Posadas?
-Sí. Yo soy de un pueblito a 100 km., Corpus Christi: 3000 habitantes, fue la primera capital de Misiones. Cuando uno busca progresar a nivel laboral, va a la capital. Fui a Posadas, hice el profesorado de Educación Física, pasé a jugar en Mandiyú y terminé la carrera en Corrientes.
-¿Vos de chico soñabas con ser árbitro?
-No, obviamente que no.
-¿Y cómo fue? ¿Por qué una persona decide hacer una carrera en la que 50.000 tipos te putean todos los domingos?
-Je, sale un poquito de lo habitual. Primero me gustó siempre jugar al fútbol, jugué en Guaraní y Mandiyú en el Argentino B. Ya como profe dirigía los intercolegiales y ahí empezó el gustito. Después un instructor, un señor Méndez, de Corrientes, me vio condiciones. Y hoy estar acá me apasiona. Pero no conozco a nadie que me haya dicho “soñé de chiquito con ser árbitro”.
-¿Cómo fue tu infancia en Misiones?
-Muy feliz. Hoy por hoy conservo los principios de una familia muy noble. Mi padre y mi hermano son camioneros, mi madre ama de casa, disfrutaba de las pequeñas cosas de una familia muy humilde de un pueblo del Interior, pero nunca me faltó nada. Mis padres me inculcaron respeto, trabajo, humildad, honestidad y siempre tener los pies sobre la tierra.
-¿Vivís únicamente del arbitraje?
-Tengo un local de ropa en Posadas, de Siamo Fuori. Era profe de Educación Física, pero con los viajes se hacía complicado.
-¿Vos atendés el local?
-Sí, sí. Me gusta. A veces la gente se sorprende cuando me ve en el mostrador, je. Voy a la fábrica, hago los pedidos, dame tanto de talle S, tanto de M, tanto de L. Estoy al tanto de todo. El arbitraje es una carrera corta. Te permite hoy vivir sin sobresaltos, pero el día de mañana estamos trabajando para tener hijos y si Dios quiere el año que viene pueden aparecer los juniors, je.
-¿Hablaste de honestidad, ¿hay árbitros que no son honestos?
-Creo que si hay errores son por una mala ubicación o porque no decidió en tiempo y forma o porque vio otra cosa o porque no vio. Yo creo en la honestidad del árbitro argentino. Vemos campeón a Argentinos, Banfield, Vélez, Arsenal. Ascienden o descienden equipos que 30 años atrás era impensado.
-¿Pero son iguales todas las camisetas?
-Obviamente que el árbitro sabe que un equipo tiene más convocatoria o tiene más prensa, pero cuando suena el silbato no se escuchan las puteadas ni nada.
-¿Te ofrecieron un soborno alguna vez?
-Por suerte, nunca. Desde que comencé la liga, Argentino C, B, A, Nacional B, Primera. Nunca nada. Ni el teléfono ni una insinuación de nada. Puede que a algunos les guste o no Pitana, pero saben que Pitana cobra lo que ve.
-Tenés 38 años, ¿soñás con el Mundial 2018?
-Yo sueño todos los días. Con un Mundial Sub 17, un Sub 20, el próximo Mundial, por qué no... Tengo muchas ganas de jugar un Brasil 2014 y un 2018.
Fuente: ole.com.ar