Un puñetazo manda al árbitro al suelo en Alicante
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios
- 3.430 lecturas
Minuto 74. El Alicante gana 1-2 en El Campello en un duelo decisivo por la permanencia en el grupo IV de Regional Preferente. El colegiado Adrián Calabuig Llobregat decreta penalti por una entrada de Alberto Pérez Coloma, el meta visitante. Casi de inmediato, el portero se levanta, se dirige al árbitro y le propina un puñetazo en la boca del estómago. Al instante se monta una tángana, que no era otra cosa que los intentos de los propios compañeros del agresor y los del equipo contrario por alejar a éste del trencilla, que estaba protegiéndose como podía, tumbado en el césped.
El incidente se produjo el sábado por la tarde. Las imágenes recogidas en la web Golsmedia.com, especializada en el fútbol regional de la Comunitat, muestran a un Alberto totalmente fuera de sí. Hubo unos instantes de máxima tensión en El Vincle, cuyas gradas congregaban a unos 300 espectadores, que seguían atónitos estos hechos. Cuando se calmaron un poco los ánimos, el colegiado ordenó que ambos equipos se marcharan a los vestuarios, donde permanecieron por espacio de unos 20 minutos.
En un principio se pensó que el partido quedaría suspendido, aunque finalmente se disputó el cuarto de hora que restaba. Eso sí, el colegiado requirió, para volver al terreno de juego, la presencia de la Guardia Civil. El encuentro se reanudó con las expulsiones del propio Alberto, además de Hucha, otro de los futbolistas del Alicante. El resultado fue de 2-2, aunque curiosamente El Campello erró el penalti que desencadenó la violenta reacción del guardameta visitante. Otro detalle es que el conjunto local consiguió sus dos tantos merced a sendas penas máximas, por lo que lanzó tres en el partido.
El colegiado Adrián Calabuig presentó la correspondiente denuncia ante los agentes de la Guardia Civil que se desplazaron a El Campello. Además, informó a los delegados de ambos equipos que no iba a entregarles el acta del partido porque no la redactaría en el vestuario. Por contra, la recibirán en los próximos días por correo. Lo que sí parece que está fuera de toda duda es que el guardameta Alberto recibirá una sanción ejemplar por parte del Comité de Competición.
El director deportivo del Alicante, Efrén Soto, explicó que Alberto Pérez había «perdido los papeles en una situación de mucha presión porque ya le habían pitado dos penaltis con anterioridad». Sin embargo, el técnico visitante, añadió que la acción era «reprobable», por lo que desde el club iban a adoptar «las medidas oportunas».
«El chico está arrepentido y de bajón porque reconoce que no es una reacción normal», explicó Soto, quien no considera normal que les hubieran pitado tres penaltis en contra, lo que no va a evitar que Alberto sea sancionado por parte del club «con dureza porque ha tenido un cruce de cables total».
La agresión llega en un momento especialmente sensible con respecto a las agresiones a los árbitros al producirse meses después de la que sufrió el joven Héctor, a quien tuvieron que extirparle el bazo después de la paliza que recibió durante un partido de Segunda Regional.
El joven tuvo que ser intervenido y permaneció varios días ingresado en el hospital Arnau de Vilanova de Valencia. En aquella ocasión, la agresión llegó a manos de un agente de la Policía Nacional. Según varias fuentes, Alberto, el agresor del sábado en El Campello, es un joven de unos 21 años.
Fuente: lasprovincias.es / Fotografías: Golsmedia.com (J.A.Soler). En esta galería podéis ver más fotos de la secuencia de la agresión: Fotografías
Comentarios
#1
Conozco al arbitro y tiene las costillas moradas. Fue un fuerte puñetazo que lo dejo sin respiración. Espero ver al portero pronto en prisión.
#2
Nos hemos basado en la información recogida en la fuente. La expresión "simplemente lo empuja" me parece que define claramente que tipo de concepto tienes del deporte.
Un saludo
#3
Que bonito es hablar sin estar en el partido en ningún momento el meta da un puñetaño, simplemente lo empuja y el árbitro cae al suelo haciendo un teatro que el público asistente se quedó paralizado. No exageremos las cosas que cada uno las cuenta como le parece. Un puñetazo en la boca del estómago que barbaridad, primero hay que leer la denuncia y después hablar-.