¿Por qué tuvo Horacio Elizondo una mala racha con los penaltis?
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¿A quién no le influye su situación personal en el rendimiento profesional? Los árbitros, como deportistas que somos, no podemos escapar tan fácilmente de nuestros problemas como nos gustaría. Eso mismo lo acaba de corroborar el árbitro Horacio Elizondo, el de la final del Mundial de 2010, en el libro La Palabra Hecha Pelota, el periodista Alejandro Duchini.
El extracto de la historia lo reproduce la web Cancha Llena y no tiene desperdicio:
"Yo tenía que tomar decisiones importantes en mi vida y las decisiones importantes del fútbol están en las áreas. Penal o no penal. Gol o no gol. Off side o no off side. El lugar caliente son las áreas, tanto para la defensa como para el ataque. La mitad de la cancha no es complicada, las cosas pasan cerca de las áreas. Y los penales pasaban por mi cara y yo "siga, siga", levantaba siempre los brazos. Eso ocurría en el lapso de mi divorcio y rearmado de mi vida. Pero eran cosas evidentes, ¿eh? Yo no sabía por qué. Lo descubrí después. (...) el director de la Escuela de Árbitros de la AFA era Juan Carlos Loustau (...) Y él también estaba preocupado por mi abstinencia de penales. '¿Cómo no cobraste ese penal?', me preguntaba. (...) Cuando ya eran varios los penales sin cobrar (...) me muestra un video editado de distintas jugadas y me pregunta: '¿Qué ves?'. Le digo: 'Que ésto fue mano, que aquello fue falta y eso, dudoso'. Me dijo: 'No, Hay un patrón común en todas las jugadas. Estás corriendo dentro del área. Y en el área no hay que correr. Hay que estar firme en el área, porque es el lugar en el que tenés que tomar decisiones importantes'. Cuando me dijo 'firmeza' y 'decisiones importantes', me vino el click de todo lo que vivía. (...) Entonces me dijo que desacelerara unos metros antes de llegar al área y que observara parado. Lo venía trabajando en terapia pero no le encontraba el porqué ni lo traducía con los penales (...) Me di cuenta de que los verdaderos penales no estaban dentro de la cancha sino afuera. Y que mi decisión más importante tenía que tomarla afuera, más allá de que me equivocara. Pero había que elegir un camino. No podía estar constantemente entre la dualidad, en esa cuestión que te termina comiendo la cabeza. Por algo que pasaba dentro de la cancha pude descubrir el misterio de afuera y cuando tomé una decisión afuera empecé a sancionar los penales".
Esa decisión era su posterior divorcio. ¿No os parece genial el relato?

Comentarios
#1
a veces es bueno tomarse un "descanso activo" y volver a arbitrar cuando toda la situación personal está encaucada. es bueno para nosotros y es bueno para el arbitraje. No todos tenemos la fuerza mental necesaria para aislarse de los problemas familiares y personales.
un saludo
#2
hay momentos en los que es bueno tomarse un "descanso activo", ordenar nuestras cuestiones personales y volver a reconducir nuestro trabajo arbitral con garantias de decisión, firmeza y seguridad.
saludos
#3
Muy interesante... la verdad uno se pone a pensar y es totalmente cierto!! Lo que a uno le sucede afuera, incide adentro de la cancha.