Ya es primavera: cuatro agresiones (que sepamos) en un fin de semana
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Todos los años la misma historia: a partir de marzo, ser árbitro es más peligroso que nunca. Algunos futbolistas ven que no cumplen los objetivos y pagan su frustración con nosotros. La violencia se multiplica y en nuestro repaso semanal de los medios de comunicación hemos encontrados hasta cuatro agresiones.
Empezamos por la que quedó grabado en este vídeo que acaba de publicar el Sindicato de Árbitros, correspondiente al partido entre Villajoyosa y Alomoradí. Kike Granados, futbolista visitante, le metió este cabezazo al árbitro.
¿Pensáis que el jugador se disculpó? Pues lo hizo a medias (o ni eso), diciendo que sí, que estaba mal, pero que el árbitro es corresponsable de su propia agresión. "Fue un acto fruto de la impotencia, al estar lesionado y el árbitro no actuar en consecuencia", comentó en el diario La Información. Lo más sorprendente es que considera que el árbitro "debería pagar igual que yo el error, porque lo primero es la integridad del futbolista y después todo lo demás".
De la Preferente valenciana a la Primera autonómica gallega. Un jugador del Beluso le arreó una bofetada al árbitro, después de que el árbitro le mostrase la segunda tarjeta amarilla. Sin mediar palabra y ante la sorpresa general el jugador se acercó al colegiado y le dio una bofetada. Ante esta acción, suspendió el encuentro y se negó a que se reanudase. Por su parte, según informa Faro de Vigo, fuentes del Unión Dena manifestaban que no es la primera acción violenta del jugador en la que de una u otra manera se ven involucrados. A principio de temporada el futbolista estaba en el Bahía, también en este grupo de Primera Autonómica, y en el choque contra el Dena habría mordido a uno de sus jugadores, siempre según el Dena.
Hay más. En la Preferente de Ceuta, en el partido Hilal-Sindi Bar dos jugadores del segundo de los conjuntos agredieron al colegiado asistente del partido, Dris Ahmed, que ha sufrido un fuerte hematoma en su rostro, y al delegado del conjunto rival. La rápida intervención de los compañeros del colegiado agredido y del resto de jugadores han impedido que el incidente se haya agravado.
Y para terminar nuestro diario viajero de agresiones, nos vamos a Navarra. Un partido de Preferente fue suspendido en el minuto 85 por una violenta patada de un jugador del Aurrerá KE al árbitro.
Así está al patio. Este semana les tocará a otros. Cuestión de suerte. Sigue habiendo demasiada violencia y demasiado frustrado en los campos de fútbol.