El peligro de dejar sin apuntar las tarjetas
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios
- 6.554 lecturas
Es un error de principiante... o de veterano. Muchas veces, el árbitro no anota bien las tarjetas en su cartulina y eso puede dar lugar a grandes líos. Las culpables son las prisas, esas que nos hace anotarle la amonestación al cuatro de los locales cuando lo correcto sería al de los visitantes o nos hacen apuntar una tarjeta al cinco en el minuto siete en vez de al siete en el minuto. Las consecuencias son graves: no expulsar a un jugador con dos amarillas o mandar al vestuario a uno con sólo una.
En este partido de Brasil entre Sao Caetano e Ipatinga, sucedió algo parecido, aunque el motivo no fue un mal apunte, sino el exceso de confianza del árbitro. En lo que era la tercera amonestación consecutiva por perder tiempo, quiso agilizar la reanudación obviando el trámite de comprobar que el jugador no estaba amonestado. Un detalle muy bueno, siempre y cuando se tenga la completa seguridad de que el jugador no tenía tarjeta previa. El juego se reanudó y el árbitro no se percató de su error hasta varios minutos después, cuando procedió a expulsarlo.
Llama la atención que, con lo atentos que suelen estar los futbolistas a estas cosas, ningún jugador adversario le recordase al árbitro que el dorsal número 4 ya estaba amonestado. Pero hay más despropósitos por parte de los jugadores en el partido. El vídeo comienza con una tarjeta amarilla a un futbolista por perder tiempo en el saque de banda. El otro equipo coge el balón y quiere realizar el saque tan rápido que se salta tres normas: levanta el pie de forma clara, no espera el pitido del árbitro y, lo más importante, el saque, pese a la pérdida de tiempo, sigue correspondiendo al equipo blanco. ¡Esto no es fútbol sala!