Simulación de Champions cazada por el árbitro

¿Cuántas veces hemos escuchado eso de que los árbitros tienen que salir después del partido a explicar sus decisiones? Cuando dicen decisiones, realmente quieren decir errores, porque por los aciertos nadie les va a preguntar. Parece que los aficionados se van a consolar con el árbitro pidiendo disculpas por sus fallos.

El caso es que nuestros errores, esos que exigen un martirio público, son humanos. ¿Por qué nadie le pide explicaciones a futbolistas como Verratti, después de este papelón en el partido frente a Olympiacos? ¿Por qué nadie le obliga a sonrojarse?

Menos mal que el árbitro no picó, le sacó la segunda amarilla y se fue a la calle. Si llega a conseguir engañarle… ¿adivináis quién sería el malo de la película?