De la cárcel por agredir a árbitros a entrenar benjamines
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La triste historia de Adrián Mendoça empieza un 14 de diciembre de 2007. En un torneo municipal celebrado en Sagunt (Valencia), pierde los papeles y con una brutal patada y un puñetazo destroza la vida del veterano árbitro Manolo Castellar. "Me salió tanta sangre que creía que me moría", reconocía el colegiado, que perdió tres dientes, requirió cirugía maxilo facial con 63 días de curas y cuatro meses sin ingerir alimentos sólidos, a lo que se unió a un trastorno psicopatológico por estrés postraumático para mantenerle de baja laboral durante más de 300 días. La sanción deportiva fue muy sencilla: la expulsión de los campeonatos municipales de Sagunt. No era una competición federada. Algo que fue aprovechado por Mendoça para hacer su primer regate a la lógica: se federó en Segunda Regional.
Castellar dejó el arbitraje e inició su lucha judicial contra el agresor. Cinco años después tuvo una pequeña satisfacción. Su agresor fue condenado a un año y nueve meses de cárcel y a una indemnización de casi 20.000 euros. Mendoça se convirtió en un caso posiblemente único: ingresó en prisión por golpear a un árbitro.
La historia parecía que había terminado, hasta este fin de semana, cuando el diario El Mundo desveló el nuevo deestino de Mendoça después de cumplir su pena en diciembre de 2015: los terrenos de juego. Y volvió por partida doble, como jugador de Segunda Regional y entrenador de un equipo de benjamines, sin haber pedido ni siquiera perdón. Su club, el Biensa, dice no saber nada de su pasado.
El reportaje muestra como prueba las fotografías (como la que aquí publicamos) y la base de datos de la Federación Valenciana. Una labor de investigación interesante, de la que nos queda alguna duda. Dice El Mundo que "la ficha no debía haberse tramitado". En buena lógica, ese individuo no debía volver a pisar un campo de fútbol. Sin embargo... ¿tiene la posiblidad la Federación Valenciana de negársela cuando no hay sanción federativa o judicial que imponga el castigo? ¿No deberían llevar estas condenas una inhabilitación por parte de las justicia para volver a los campo durante décadas?
- El reportaje de El Mundo lo podéis encontrar en este enlace
- Castellar denunció el caso en Interviu
- La condena a prisión del agresor de Sagunt

Comentarios
#1
Supongo que los arbitros de la federacion que corresponda deberian hacer huelga y negarse a dirigir a este equipo (en esta o cualesquiera de sus divisionales formativas) hasta que se retire a este sujeto de las canchas
O ir mas alla, y hacer huelga total hasta que la federacion le aplique una sancion logica a esa persona
#2
Increíble que se permita que una persona así vuelva a jugar y, para colmo, que se le ponga al cargo de un equipo de chavales de 8-9 años. ¿Que educación van a recibir esos niños por parte de su entrenador? Simplemente es lamentable.
#3
Lamentable los comentarios que estoy leyendo....
La cárcel no es para reinsertar? si a cumplido su pena no esta ya libre? cuando se comete un error, te tiene que seguir toda tu vida? y todas las agresiones que se ven de grandes jugadores de primera...cabezazos, patadas en la cabeza, mordiscos que arrancan orejas, puñetazos que parten narices, codazos que parten cejas y sacan dientes y ojos morados, entradas asesinas que parten piernas....etc, y son ídolos aclamados, no merecen cárcel y no volver a pisar un campo de fútbol?
Yo he visto y sigo viendo muchos carniceros impunes, y nadie tiene lo que hay que tener para sacarlos de los campos, pero claro este es un don nadie, a este si lo podemos machacar........ que valientes.
#4
Vamos por partes. Primero de todo, puede que la cárcel sea para reinsertar, pero no creo que una persona que es capaz de mandar a un arbitro al hospital por un partido de fútbol vaya a dejar de ser violenta solo por estar un año en la cárcel.
Segundo, el error no le va a perseguir toda la vida, pero si es lo suficientemente grave como para que tenga unas consecuencias, no dejar federarse a una persona asi (y ya ni hablemos de entrenar niños) tampoco es un castigo enorme, y de paso nos hacen un favor a todos los demás.
Tercero, en el fútbol profesional también hay problemas, tienes toda la razón del mundo, pero eso ya es otro tema a tratar y no justifica esto.
Por ultimo, no me hables de valientes para intentar defender a una persona que pega al arbitro, por favor.
Un saludo