Un empujón al árbitro por la espalda que queda sin castigo
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Se jugaba el partido entre el Santos y el Corinthians, del Campeonato Brasileirao. El árbitro estorbó en una jugada y Petros aprovechó para empujarle de forma alevosa.
El árbitro ni se giró. Posiblemente, estaba “sonrojado” por haber molestado, padeciendo esa vergüenza que nos asalta cuando esto nos sucede. Y a lo mejor pensó que había estorbado por segunda vez consecutiva a un jugador en menos de tres segundos. Nada de eso pasó: sólo la cobardía de un futbolista que no entendió un fallo del árbitro.
Comentarios
#1
Menudo sinverguenza, roja directa.