Jorge Larrionda se va por la puerta grande
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Dos Mundiales, tres finales de la Copa Libertadores, una final de la Copa Intercontinental, los Juegos Olímpicos de Atenas y… diez derbis entre Peñarol y Nacional. Diez, porque el undécimo lo arbitrará esta noche. Será el punto final a una trayectoria deportiva difícilmente igualable que se cerrará de forma brillante esta noche.
La repercusión que en los medios uruguayos ha tenido la noticia da buena cuenta de lo que Larrionda ha sido en el fútbol de su país. Deja atrás diecinueve años en la élite del fútbol charrúa y estos días ha repasado en diversos medios los momentos más destacados de su carrera. Como aquella vez, en la que después de un partido no se atrevió a subirse al coche y optó por escaparse discretamente en el autobús. “El clima se puso bravo. Yo había ido en el auto de mi viejo. En eso veo que viene el ómnibus y no lo dudé, me lo tomé y a las pocas cuadras me bajé para tomarme un taxi e ir a buscar el auto”, recordó en una entrevista al diario El Observador. Entre los partidos más tensos, destaca cuando Hamilton Ricard le dijo que le iba a mandar a “los de la moto” (los sicarios colombianos), después de ser expulsado. “Fue el momento más crítico de mi carrera”, admite.
Pero lejos de la tensión, deja atrás grandes partidos, como las semifinales del Mundial 2006 entre Francia y Portugal, o la Intercontinental de 2004 entre Once Caldas y Porto. Evoca grandes estadios: “Maracaná es especial para los uruguayos. El de Yokohama es majestuoso. Cómo olvidar la Bombonera. Pero cuando arbitré en Qatar comprobé lo que es el lujo. Parecía un hotel de seis estrellas”.
Y, como no, también grandes jugadores: Messi, “el jugador que todo árbitro quiere ver”; Zidane, “un señor del fútbol”; Cristiano Ronaldo, “un jugador más cercano a lo nuestro, a protestar, a explotar cada contacto”. Y recuerda con cariño la caballerosidad de Beckham , cuando no concedió el gol fantasma a Inglaterra frente a Alemania en el Mundial 2010. “Se me acercó y con total educación me dijo: `Señor árbitro, la pelota entró’”.
El destino de Larrionda va estar unido al silbato, ya que se incorporará a la Comisión de Arbitraje de FIFA. “Es un honor y una responsabilidad para mí y es casi tan importante como dirigir un clásico”. Un clásico, como el de esta noche, que será recordado como el del adiós del gran árbitro uruguayo de los últimos tiempos.
Para saber más: El Observador