¡Mi reloj dice que el balón ha entrado!

Son pocas las ocasiones en las que vemos el Ojo Halcón el funcionamiento. El pasado fin de semana, en el partido Arsenal-Swansea, sacó de dudas a todos. Sin embargo, la reacción de los jugadores fue como si la tecnología no existiese. El portero le insiste al árbitro en que no entró, los jugadores atacantes buscan con desesperación al asistente.

Ante todo este nerviosismo, la tranquilidad de los jueces. El asistente no corre hacia el medio, sino que mantienen una expectante carrera lateral y el árbitro mira su reloj. Como los jugadores son difíciles de convencer, se ve obligado a enseñarle el veredicto del aparato al portero. "Mi reloj no se equivoca nunca", parece decirle. Y, viendo las imágenes, hasta los desconfiados admitirán que ha acertado.