La expulsión de Morata en cinco segundos por tirarse y protestar
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Algo que les cuesta entender y aplicar a los futbolistas es que las protestas solo les perjudican. Una vez que el árbitro ha tomado su decisión, acertada casi siempre y errónea a veces, de poco sirve enfadarse. Lo más práctico es morderse la lengua, algo que a muchos no les resulta fácil.
En el partido entre Chelsea y Norwich, el árbitro le sacó tarjeta a Morata por esta caída dentro del área. La jugada es debatible. Hay contacto y exageración de la caída. El árbitro entiende simulación y lo amonesta. El jugador, en vez de irse, reclama insistentemente y el árbitro le saca la segunda. Cinco segundos de calentón y su equipo se queda con diez.
Más escandaloso fue el piscinazo de Di Maria, en 2015, con el Manchester United. A escasos metros del árbitro, y quizá sonrojado porque lo había "cazado", no solo le reclamó, si no que le llegó a sujetar en el hombro. Corrió la misma suerte que Morata. Dos amarillas y al vestuario.