Delgado Ferreiro: “Cuando ves tus fallos en la tele, te quieres morir”
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Carlos Delgado Ferreiro (Portugalete, 9 de abril de 1970) asoma un punto de añoranza cuando rebobina su etapa de ocho temporadas como árbitro de Primera División, que decidió cerrar el pasado verano con antelación debido al calvario que le sometían las lesiones musculares que padecía. Hoy en día es informador arbitral -el pasado domingo presenció el Mirandés-Numancia-. El jarrillero se abre a la hora de repasar su trayectoria como colegiado. Se declara “un poco chuleta” por su pose en el césped, pero “no en las distancias cortas”, donde ofrece cercanía y sinceridad. “Arbitrar en Primera está muy bien pagado”, destaca, antes de reconocer el mal sabor de boca que le dejaba ver por televisión los errores que había cometido en un partido.
El Portugalete le tributa un emotivo reconocimiento a su etapa como árbitro de Primera División.
- Ha sido una sorpresa que se hayan acordado de mí. Estoy muy contento, orgulloso y agradecido a la Junta Directiva del Portu y en particular al presidente (Edu Rivacoba) por este detalle que han tenido.
¿Qué razones le han llevado a adelantar su retirada del arbitraje?
- Sobre todo, por el aspecto físico. Era ya una situación que para mí era terrible, el día a día era un vía crucis, con lesiones continuas. No disfrutaba de lo que estaba haciendo y faltando un año creo que fue la decisión acertada.
¿Se daba también un cansancio mental?
- No. Se trataba de una sucesión de lesiones de isquios y gemelos, de estar cinco días bien, seis mal… Me afectaba la vida en el día a día y sufría muchísimo. Lo mejor era salir de la forma en la que lo he hecho.
¿Qué recuerdo tiene de su debut en Primera División?
- Fue el 29 de agosto de 2006, en un Sevilla-Levante en el Pizjuán (4-0). Fue emotivo porque mis padres estaban invitados y viajaron a Sevilla. Lo recuerdo con mucho cariño y fue un partido de guante blanco, ya que el Sevilla venía de ganar la Supercopa de Europa.
Ha dirigido grandes partidos, como los Barça-Real Madrid o los Atlético de Madrid-Real Madrid. ¿Cuántas veces se ha dicho: “la que he liado”?
- La verdad, es que pocas. No he tenido demasiados altercados en Primera División. Cuando un partido no te sale todo lo bien que quisieras, sí pasas un par de días preocupado, pero esto es una rueda, tienes que olvidarte de las malas sensaciones y tirar para arriba.
¿Es de los que ven por televisión las acciones polémicas en el descanso de un partido?
- No. Hay oportunidad, pero no lo hacemos. Pienso que es algo negativo y no lo he hecho nunca.
¿Con qué partido se queda y cuál rearbitraría?
-Me quedo con el primer Atlético de Madrid- Real Madrid que pité, con esas buenas sensaciones en el Calderón. Rearbitraría un Málaga-Espanyol que fue bastante polémico con una decisión desacertada que tuvo sus consecuencias. Volvería atrás. Fue un 1-2, cuando pité una mano de Kameni fuera del área cuando le pegó en la cabeza. No había por dónde cogerlo.
¿Qué le viene a la cabeza cuando ve esos graves errores por televisión?
-Te quieres morir. Piensas que en el campo has visto una cosa y resulta que es lo contrario. Tienes que resetear los movimientos y seguir adelante.
En su trayectoria como árbitro ha acortado plazos.
-Hasta Segunda División B fue muy rápida. Fui el primer árbitro vizcaino que subió de forma directa. Me estanqué un poco en la categoría con ocho años, en los que pité siete play-offs, y luego estuve cuatro más en Segunda División hasta llegar a Primera.
¿Cómo le comunican el ascenso a Primera?
-Telefónicamente, como se comunica estas cosas. Me llamó el vicepresidente y me lo anunció de la forma más sencilla y natural. Se oían cosillas, pero hasta que no se hace oficial no puedes echar las campanas al vuelo.
Y le toca digerir en la élite, ser objeto de los medios de comunicación…
-Sí, a ser el malo de la película (risas). Lo he llevado bien y he disfrutado mucho con el arbitraje desde el principio, desde que empecé hace 25 años.
¿Qué jugador le ha hecho la vida imposible en el césped?
-Tampoco hay ninguno que te lo haya hecho. Sí recuerdas a los jugadores que has tenido el placer de digerir y que se han portado elegantemente.
¿Es dialogante?
-Sí, lo justo. También soy un poco chillón, tirado para adelante.
Se lo digo porque su imagen en los campos proyectaba algo de soberbia, vamos, un poco chulo.
-Sí, he sido un poco chuleta. Hay que tener personalidad. Puedo parecerlo, pero en las distancias cortas no lo soy. Es la forma de ser de cada uno, que también me ha llevado a estar donde he estado. Igual si hubiera sido un tipo más tranquilo, más pausado… pero soy un tipo de corazón caliente.
¿Cuántas veces ha estado en la nevera?
-No lo sé, quizá un par de ocasiones.
¿Cómo le comunican el castigo?
-No te lo comunican, no estás, no pitas. Los partidos no han salido como pensabas y te quedas dos jornadas sin pitar, sin más.
A Mateu Lahoz este curso, lejos de meterle en la nevera por sus graves errores en el Málaga-Athletic de la primera jornada de Liga, le premiaron con el Real Madrid-Atlético de Madrid. ¿Hay árbitros intocables?
-No. Tampoco me gusta hablar de compañeros y de sus actuaciones. Aquí no hay nadie intocable.
Se lo pregunto de otra manera. ¿Hay una élite, una jerarquía entre los árbitros?
-Creo que no. A ojos del Comité todos somos iguales. Fallamos todos y acertamos todos.
Dicen que Villar beneficia al Athletic.
-Para nada, en absoluto. El presidente de la Federación es una persona independiente y no tiene nada que ver ni con el Athletic ni con ningún club. Eso lo tengo muy claro.
¿Cómo se considera al Athletic y a San Mamés entre el colectivo arbitral?
-Muy bien. La gente viene a Bilbao encantada y lo sé de primera mano. El Athletic es un club muy querido y Bilbao, también. Y encima con el estadio que tenemos…
A usted solo le ha quedado el consuelo de pitar al Athletic en amistosos.
-Tuve el placer de pitar el último partido del viejo San Mamés entre el Athletic y la selección de Bizkaia, que fue enorme. Te quedas esa espinilla de no haber podido pitar al Athletic en partido oficial.
¿No tiene el árbitro su corazoncito como aficionado a un equipo y que le puede marcar en partidos puntuales, por pitar al enemigo, por ejemplo?
-El árbitro es aficionado al fútbol, porque su trabajo es el fútbol. Lógicamente, querrás que tu equipo gane, pero sin mayor importancia. Yo soy aficionado del Portugalete y del Athletic.
A Primera se llega tras chupar mucho barro. ¿Las pasó canutas?
-No, porque, como he dicho anteriormente, subí rápido de categorías y no he chupado tanto barro como otros compañeros, que les ha costado más.
¿Hay que ser valiente para decidir ser árbitro?
-Sí, Hay dos cosas fundamentales para ser árbitro: tener personalidad y ser justo. Con eso, tienes muchas cosas ganadas.
¿Qué le diría al chaval que se mete a árbitro?
-Que disfrute, simplemente.
También lo hace por dinero.
-Todos. El que se mete con 16 o 17 años gana un dinerito cada fin de semana, y es normal. Como hemos empezado todos, por dinero. Como también lo hacen los futbolistas. Sobre todo que disfrute y en los momentos malos, que los habrá, que intente relativizarlos, porque al final es un deporte y es precioso.
¿Se gana mucho dinero arbitrando en Primera División?
-Sí. Está muy bien pagado.
¿Como para dejar un trabajo?
-Sí y de hechos son muchos los que han dejado su puesto de trabajo, porque es muy difícil compatibilizar con el arbitraje, que requiere muchas horas, muchos viajes, concentraciones…
¿En su caso tuvo que dejar su trabajo?
-Sí, tanto en el Ayuntamiento de Portugalete como en Seguros Bilbao. No me arrepiento, porque era muy complicado compatibilizarlo.
¿Se debe profesionalizar al colectivo arbitral?
-El árbitro es profesional de hecho, pero no de derecho. Como están las cosas y la exigencia que tienen, son absolutamente profesionales. ¿Qué tienen que ser profesionales de derecho? Es muy complicado, porque tienes que dejar un puesto de trabajo, con unas condiciones laborales. Puedes descender, tener lesiones… y te encuentras en una situación delicada.
¿Se plantea seguir los pasos de excompañeros, como Eduardo Iturralde González, de ejercer en medios de comunicación como examinadores de las actuaciones arbitrales?
-No, porque es algo que no me gusta y lo tengo descartado.
¿Les hace daño que les juzguen exárbitros?
-¡Hacen daño tantas cosas! Eduardo es una persona que no es crítica con los compañeros, sino al contrario, lo hace con coherencia. Cuando se habla mal de un colectivo, se hace daño, pero hay que escuchar lo que realmente hay que escuchar. No merece la pena perder ni un minuto.
¿El arbitraje de la Premier es el espejo en que el deben mirarse?
-No, en absoluto. Hay que mirarse en el espejo del arbitraje de la Liga española. Estoy convencido de que estamos considerados, junto al alemán y el italiano, incluso el inglés, como los mejores del mundo.
Se lo digo por el perfil del arbitraje en las islas, donde se deja jugar, se es más dialogante.
-El fútbol inglés no es el español. Se intenta engañar menos al árbitro y tiene que ser dirigido de distinta forma, aunque también he visto en el fútbol inglés auténticas entradas escalofriantes que no se han sancionado, y que pasan aquí en la Liga, te comen. El estereotipo del fútbol inglés se dirige con otra mano.
¿A qué nivel está el arbitraje vizcaino?
-A un nivel muy fuerte. Tenemos un árbitro en Primera División, Bikandi, y en Segunda está Ricardo de Burgos, que tiene un gran futuro por delante; mientras que en Segunda B hay chavales con mucha calidad.
Fuente: deia.com