El presidente del Calahorra suplantó la identidad de su entrenador
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El árbitro de 15 años agredido el domingo en Córdoba durante un partido de alevines --niños de 10 y 11 años-- disputado entre el Salvador Allende y el Calahorra, ha denunciado al presidente de este último club, Francisco José Montes, como el presunto autor de la agresión.
En la denuncia de los hechos, presentada ayer lunes en la comisaría de Campo Madre de Dios, a donde el menor acudió acompañado de su familia, el joven árbitro explica que, si bien en un principio reflejó en el acta del partido el nombre y apellidos del entrenador del Calahorra como su agresor, al día siguiente comprobó, cuando vio su foto en los archivos de la sede de la Delegación Cordobesa de la Federación Andaluza de Fútbol, que esa no era la persona que le pegó. Es más, el entrenador del Calahorra no asistió al partido, sino que fue el presidente del club quien se hizo pasar por él, según se recoge en la denuncia del árbitro. También fue a través de la ficha federativa como el colegiado identificó a su presunto agresor.
Tras registrarse la denuncia, la Policía Nacional se personó ayer mismo en el domicilio del presidente del Calahorra para informarle de la posibilidad de testificar en el atestado policial o bien esperar a ser citado. También la policía informó, por teléfono, al delegado del club, Francisco José Cerezo. Ambos decidieron poner el caso en manos de su abogado antes de testificar ante la policía.
Anoche, tras reunirse con su letrado, tanto el presidente domo el delegado del club Calahorra explicaron a Diario CORDOBA su intención de interponer una demanda por injurias contra el joven árbitro. Los dos insistieron en que todas las acusaciones que hay contra ellos son falsas. &El árbitro miente, y lo puede escribir así de claro&, señalaron ambos.
Según el presidente del Calahorra, en ningún momento hubo agresión, solo le puso la mano en el hombro y le dijo: "Machote, a ver si vamos pitando bien, que llevas una tarde de cojones".
Sí admite el presidente del Calahorra que ocupó el lugar del entrenador en el banquillo, pero en ningún caso que suplantó su identidad. "Entregué la ficha del entrenador al árbitro --cuenta--, no me preguntó nada, ni quién era, y sí, quizá me aproveché de esa situación y me quedé ahí". Pero de agresión y amenazas, insistió, nada de nada.
Por su parte, el delegado del Calahorra no solo niega rotundamente las amenazas que se le atribuyen, sino que además se muestra totalmente contrario a ese tipo de violencia.