Partido retrasado, entrenador expulsado

El partido entre San Lorenzo y River dejó una polémica: la expulsión de Ramón Díaz antes del inicio del choque en el Nuevo Gasómetro. A raíz de la tardía salida del equipo al campo de juego, el árbitro Germán Delfino tuvo que echar al DT, tal como marca el reglamento de la competición en Argentina. No pudo dar indicaciones y se vio remitido a observar el partido desde uno de los palcos del estadio. Una vez consumada la derrota, el riojano le pegó al pito. Dijo que fue “lamentable” lo que hizo, porque pensaba que alguien había solicitado permiso al árbitro para empezar con retraso, dado que River llegó tarde a la instalación. Y, sin perder el tiempo, Delfino contestó: “Nadie de River me vino a pedir nada por la llegada tarde. Si me pedían atrasar diez o quince minutos, se atrasaba. Me llamó la atención que no lo hayan hecho. Es lógico que se haga cuando un equipo llega tarde al estadio. No entiendo por qué no se hizo”.

Continuando con su discurso, Delfino, en diálogo con Fox Sports, añadió: “Estaba previsto que salieran 16.53. River terminó saliendo 17.01, cuando el partido arrancaba a las 17. Nunca pidieron cambio de horario. Tal vez, Ramón estaba enojado por otra cosa”. Por último, comunicó que el informe contra Ramón Díaz fue ampliado: “Les informé a los dirigentes que hubo una ampliación del informe contra Ramón Díaz. Está expulsado e informado. Creo que hubo un problema de comunicación. Ya está. Si el equipo sale tarde, hay un reglamento”.

La medida lleva un par de años en funcionamiento. El primero en llevarla a cabo fue Sergio Pezzotta, cuando Pezzota expulsó al técnico de Lanús, Luis Zubeldía, porque su equipo salió a jugar el segundo tiempo ante Banfield casi dos minutos después de lo correspondiente. En otros países, como Bolivia, también existe la norma.

¿Y en España? Pues aunque ningún entrenador (que nos conste), haya sido expulsado, sí que aparece reflejado este supuesto en el artículo 85 del código disciplinario de la RFEF para las competiciones nacionales. “Cuando un equipo se presente en las instalaciones deportivas con notorio retraso no justificado pero, pese a la demora, esta circunstancia no impida la celebración del partido, o cuando se retrase en su salida al terreno de juego, tanto al inicio del partido como en el segundo tiempo, se impondrá al club multa en cuantía de 3.000 euros. Tratándose de la primera de las infracciones previstas en el presente artículo, además se suspenderá ó inhabilitará por tiempo de hasta dos meses a los directamente responsables, mientras que la segunda de las mismas, se considerará como una actuación no correcta del primer entrenador del equipo infractor, que acarreará su expulsión del terreno de juego y será sancionado con suspensión de 1 a 3 partidos”.

O sea, que la manía de los equipos de agotar hasta el último segundo la paga el entrenador, con una expulsión antes de empezar y una sanción que puede llegar a tres partidos. Así que… ¡relojes en hora!

Foto: ole.com.ar