Debatimos la actuación del árbitro… y los mordiscos del portero
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Una de las cuestiones que más centran últimamente las charlas arbitrales son los enfrentamientos colectivos: cómo evitarlos, como calmarlos y, sobre todo, como sancionarlos. Evidentemente, no hay milagros: si dos jugadores se quieren pegar, ni en mejor de nosotros podrá frenar el impulso.
Este vídeo del partido de Rumanía, que nos sugiere nuestro amigo Iñaki Osta, muestra una situación de esas imposibles para el árbitro. Vencía por la misma el Gaz Metan frente al Petrolul, cuando una caída de un jugador de los primeros provoca el enfado al entender los rivales que perdía tiempo.
El primer problema para el árbitro es que el conflicto comienza cuando él está siguiendo la jugada y, aunque es de destacar su capacidad de respuesta y rapidez con la que acude al lugar de los hechos, está claro la mecha ya está prendida. Con desprecio, levantan al lesionado del suelo, éste sujeta al portero y, en una de las escenas más violentas del año, el guardameta la emprende a mordiscos en el brazo. Por si fuera poco, luego lo intenta con la cara (estas salvajes acciones las veis con más detalle en las repeticiones, a partir del minuto 3 del vídeo).
Se monta el gran lío, con casi todos los jugadores implicados y sin que se sepa bien quien golpea y quien intenta poner paz. Entonces, el árbitro opta por dos soluciones con la que busca poner orden: ponerse en el medio y sacar rápido las tarjetas, algo que pone punto y final al lío en muchas ocasiones. El análisis que hace nuestro amigo Iñaki coincide con el mío: la bienintencionada respuesta del árbitro lo que hace es echar más leña al fuego y lo que es peor, cambia un enfrentamiento entre jugadores, en el que nadie se acordaba del árbitro, en un ataque hacia él.
¿Había otra solución mejor? Es complicado saberlo. Quizá cuando el lío es tan grande, intentar poner paz cómo se pueda (uso del silbato, acto de presencia) y observar, dejando las medidas disciplinarias para minutos después, cuando todo este calmado. Es una opción, pero semejantes “fieras” tampoco se tomarían bien la tarjeta roja ni cuando estuviesen un poco más apaciguados.
Comentarios
#1
SITUACIONES COMO ESTA, SE DAN CONSTANTEMENTE EN LOS DIFERENTES ESTADIOS DEL MUNDO, EN MI MODESTO ENTENDER NO HAY UNA RECOMENDACION EXACTA PARA LOS SEÑORES ARBITROS A FIN DE OPTAR LA MEJOR RESOLUCION AL PROBLEMA, HECHOS CIRCUNSTANCIALES REQUIEREN DECISIONES PRONTAS Y LOS QUE IMPOPNEN AUTORIDAD DENTRO DE LOS TERRENOS DE JUEGO, A VECES ACIERTAN Y EN OTRAS DEBEN DE LIDIAR CONTRA FIERAS QUE SE TRANSFORMARON EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS...... AUN ASI, INSTO A LOS JUECES QUE SU SEVERIDAD TENGA EL MAYOR DE LOS RIGORES EN PROCURA DE ERRADICAR ESTOS GROTESCOS HECHOS, NO PODEMOS OLVIDARNOS QUE LAS AUTORIDADES QUE IMPONEN LAS SANCIONES A LOS CULPABLES TAMBIEN SEAN DRASTICOS Y NO DEN SU BRAZO A TORCER CON LAS FAMOSAS REBAJAS A LAS PENAS IMPUESTAS
#2
Yo creo que si el partido ya estaba ´caliente´justo cuando el jugador cae al suelo deberia haber detenido el juego
#3
Hombre, son paisanos de Drácula, así que lo de los mordiscos lo mismo es una tradición local