La mala idea de intentar separar a los jugadores en una tangana
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Lo bueno de buscar contenidos para Árbitro10 es que, sin quererlo, se encuentra con jugadas pedagógicas con las que no contaba. Acudimos al vídeo de este partido de la Premier escocesa entre Hamilton y Ross Country para ver un empujón al árbitro en los minutos finales. Sin embargo, en este resumen nos encontramos con muchas cosas más.
Para empezar hay dos penaltis bien señalados. Muy interesante el primero de ellos, donde el empujón empieza fuera y acaba dentro. Pese a la leyenda de que la falta hay que señalarla donde se empieza, realmente hay que castigarla donde menos beneficie al infractor, en este caso, en el área.
Más debate genera el cuarto gol del partido, en el que un delantero en posición de fuera de juego intenta el remate sin tocar el balón. ¿Se considera que interfiere en un adversario? Esta claro que no obstaculiza la visión del portero, pero en 2016 se añadió el supuesto de ilegalidad a la Regla de "intentar jugar claramente un balón que esté cerca de él, y esta acción tenga impacto en un adversario". ¿Realmente afecta a la acción del guardameta hacia el balón? Más dudosa, pero nos inclinamos por gol legal
Finalmente, lo que queríamos explicar. La gestión de la tangana, que empieza como casi todas. Una falta, dos jugadores que se encaran y el resto que se suman. El árbitro y el asistente acuden rápido a la zona de conflicto. El segundo observa (quizá desde demasiado cerca), pero el principal se mete de lleno, primero empujando levemente con su brazo a los futbolistas para separarlos y luego agarrando directamente a uno. Con su voluntad pacificadora, en apenas segundos se ve rodeado por seis jugadores más, sin observar su espaldas y dando la sensación de que es uno más en la refriega. Con los ánimos caldeados, el dorsal nº 2, que llevaba un buen rato perdiendo los papeles, lo empuja para apartarlo como si de un rival o un compañero se tratase.
Un consejo para estas situaciones. El árbitro solo debe ponerse en el medio si hay espacio, es decir, si los jugadores aún no han juntado tanto sus cuerpos como para que haya que tocarlos. Si esto ya se ha producido, lo único que se puede hacer es buscar presencia, de cuerpo, voz o incluso silbato para intentar calmar los ánimos. Si la cosa va a mayores y son muchos los jugadores implicados, hay que alejarse ligeramente para evitar estar rodeados y tener mejor visión de todos los implicados. No hay que olvidar que en una pelea de jugadores somos los menos culpables.