Así funciona la Escuela de Árbitros de Rosario
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios
- 3.955 lecturas
"Un nene se puso a llorar en medio del partido, le pregunté qué le pasaba y me dijo que estaba cansado de que su papá le gritara fuera de la cancha. Le dije: “Hacé como que es un árbol, vas a ver que vas a hacer dos goles. Y los hizo: salió de la cancha y me abrazó. Me dieron ganas de llorar". La anécdota demuestra que los árbitros no sólo reciben salutaciones para sus madres en los partidos. Y la contó Guillermo Martínez, de 20 años, albañil, vecino de Las Flores y ahora juez deportivo. El es tan sólo uno de los más de cien "referee" de fútbol y básket que formó la Escuela Municipal de Árbitros de Rosario en el último año y medio.
Se trata de una academia gratuita, que cursan cuatrimestralmente varones y mujeres desde los 16 años, con clases teóricas y prácticas (ver aparte), en el Centro de la Juventud (Belgrano 950) y en el Complejo Belgrano Centro (Belgrano 621). Una usina de puestos de trabajo para jóvenes.
El coordinador es José Luis Ríos, un profesor de Educación Física, que se define como "apasionado por el deporte". Lanzó este proyecto con cuatro instructores y los apoyos de Sergio Pezzota (el único árbitro internacional de Rosario), el Sindicato de Árbitros de la República Argentina (Sadra), la Municipalidad de Rosario y las asociaciones rosarinas de fútbol y básket.
"El sindicato les provee la ropa y ambas asociaciones les dan trabajo a los alumnos cada fin de semana, en los torneos de baby y en las ligas regionales. Los chicos y chicas pueden llegar a dirigir unos nueve partidos por fin de semana y con eso se pagan sus gastos de salidas y de estudio. Porque, eso sí, nos gusta que se capaciten bien como árbitros pero ante todo que cumplan con su escolaridad; si están en el secundario hasta les pedimos de vez en cuando ver las libretas", dijo Ríos.
La Capital reunió a cuatro de los nuevos árbitros. Llegaron a la nota, como no podía ser de otro modo, vestidos de negro, con sus tarjetas rojas y amarillas y silbatos. Pero aclararon que con los más chicos hacen una tarea didáctica dentro de la cancha. De ellos reciben el mote de "profe", como en la escuela, y no les sacan tarjetas: ante un berrinche, un juego sucio o un insulto, los advierten dos veces y a la tercera situación problemática los sacan 5 minutos de la cancha.
Los representantes de toda la escuela acá son Guillermo (quien ya armó una pareja de árbitros con su novia Vanesa Campos, de 18 años) y Marlene Fleyta, también de 18, que vive en villa La Lata, estudia ciencias económicas y mide 1,50 metro, pero dentro del campo de juego impone respeto "como ninguna", al decir del tango.
También están Gastón Gutiérrez, de 24 años, juez de waterpolo y básket, y Luciano Tessandori, de 27 años, estudiante de medicina y el único, por ahora, que realiza el primer año del curso de árbitro nacional de la Asociación de Fútbol Argentina (AFA). Todos coinciden en decir que es más difícil controlar a los padres y directores ténicos de baby fútbol (de 6 a 12 años) que a los chicos.
Para leer más: lacapital.com.ar
Comentarios
#1
Grande luchooo!!! Soy compañero de un famoso que tal?! jaja