Muñiz, cero puntos; Romaric, dos puntos
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Sábado por la tarde. Partido Zaragoza-Getafe. A los ocho minutos, al jugador Romaric se le va la cabeza y realiza una feísima entrada sobre un rival. Plancha por delante, a la altura de la rodilla, con riesgo clarísimo de lesión. Muñiz Fernández, árbitro del partido, a escasos metros de la jugada, le muestra la roja sin dudar. Romaric sabe que es justa, pero decide montar un espectáculo que lanza la presión del público sobre el colegiado. Hay que echarle las culpas a otro.
Resumamos la aportación de Romaric al partido. Ha jugado ocho minutos, ha realizado una entrada muy brusca, ha dejado a su equipo con diez con todo el partido por delante… Para el cronista de Marca, sus méritos le dan dos puntos sobre diez, lo cual demuestra que el cero no existe en ningún caso. No parece mal esta benevolencia con un deportista que ya por vestirse de corto merece una puntuación mínima. Lástima que no se aplique a todos.
Hubo otro deportista en La Romareda que estuvo los noventa minutos en el campo. Asumiendo la opinión del diario, acertó en la expulsión de Romaric, señaló un penalti inexistente (dice que sólo ocurrió en su cabeza, como si no fuese ni siquiera discutible), con la consecuente expulsión de Álvaro y después expulsó al visitante Barreda. Sobre esta roja, el periodista tiene diferentes opiniones. En la crónica dice que “podría haberla finiquitado con una amarilla”, es decir, que no niega su justicia, aunque en el análisis de la actuación del árbitro dice que “lo hizo para compensar”.
La calificación que merece Muñiz Fernández, que acertó en la primera roja, erró supuestamente en el penalti y la crónica no aclara su juicio sobre la expulsión final es… ¡un cero sobre diez! ¿Cuándo fue la última vez que vieron un cero a un futbolista? ¿Para cuando la unificación de criterio periodístico? Por supuesto, el árbitro, y no Romaric, merecen el titular: “Muñiz, invitado inesperado en los Pilares”.
Ya sabemos que la puntuación periodística no es más que una anécdota, que la que vale es la otra y, sobre todo, nuestro autoanálisis. Pero esta doble vara de medir en los medios se refleja en una triste realidad en todo el fútbol: el árbitro es siempre el malo de la película. Algún día cambiará… Esperemos.
Comentarios
#1
Son muy simpáticos los periodistas con valoraciones muy "objetivas", si la entrada de Romaric deja al adversario con una lesión de 6 meses ya veríamos que opinaban.
#2
Es una batalla perdida. Los periodistas son el problema de este país, tanto en el ámbito deportivo como en el político, cultural...
Tienen una tendencia innata a calificar los hechos, cuando su labor debe ser informar (me refiero, por ejemplo, a las crónicas de los partidos y las estadísticas). Para opinar están las columnas de opinión... Eso sí, a ellos no se les califica (aunque algún periodista de ese mismo periódico decidió eliminar los comentarios de sus artículos debido a la cantidad de críticas que recibía por parte de los lectores).
Por norma general, en ese periódico las calificaciones a los árbitros se ponen así:
-Expulsión de algún jugador: Suspenso con la coletilla "con una amarilla es suficiente" (pese a que haya hecho una entrada como la de Romaric)
- Partido con muchas tarjetas: Suspenso (Aunque haya habido protestas y conductas antideportivas por doquier).
- 1 fuera de juego milimétrico "no acertado" (no digo fallados porque no es un fallo): Suspenso. (Aunque los asistentes hayan acertado en otros 15 fueras de juego).
-Expulsión de un técnico: Suspenso, junto a la coletilla "debería preocuparse más por lo que pasa en el terreno de juego" (pese a que el técnico en cuestión se haya dirigido al colegiado con una conducta impropia)
-Partido sin tarjetas, o como dicen ellos "en el que el árbitro pasó desapercibido" , Notable.
-Partido con decisiones a favor del equipo grande: Sobresaliente.
Por eso no deberíamos entrar ni a valorar sus opiniones.