El partido de la Supercopa (por Javier Rodríguez Ten)

Del partido de ida de la Supercopa del pasado miércoles han quedado para los medios de comunicación dos jugadas: la “pifia” de Valdés y la legalidad (o no) del primer gol del FC Barcelona; ambas, como árbitros, nos interesan y merecen un comentario.

Respecto de la jugada de Valdés, hay que resaltar el respeto de todos los comentarios y críticas, de periodistas y de su entrenador y compañeros. Nadie pone en duda su formación, su calidad, su aptitud para ser titular, la forma en que subió al primer equipo… es un lance del juego y ya está. Lo mismo que debiera suceder con cualquier error arbitral, por grave que fuera, que rápidamente se asocia a conspiraciones judeo-masónicas, a la falta de calidad, a no estar preparado para la categoría, a haber subido por oscuros criterios, etc. Así a todos.

Y en lo referente al gol del FC Barcelona, pues… ¿a quién le importa si fue legal o no? Es matemáticamente imposible saber si en el momento del pase la rodilla, la puntera o la cabeza (recordemos que los brazos no cuentan) de uno u otro jugador está más adelantada o retrasada. Es una jugada de resolución imposible con medios técnicos, y por lo tanto también sin ellos. No obstante, es la jugada que FIFA desea se considere legal, en aplicación de dos criterios expresamente previstos: estar en línea no es fuera de juego, y cuando existan dudas sobre la posición, se debe dejar seguir el juego. Es claramente indiscutido que la posición es muy difícil de apreciar, por lo que cualquier decisión adoptada sería válida y justificada; sin embargo, en el presente caso se ha hecho además lo correcto.

Quienes se dedican a valorar la situación de un centímetro de dos jugadores en movimiento, separados, desde tomas oblicuas, para definir la legalidad o no de la acción (y además “se mojan” afirmando que hay fuera de juego), no hacen sino el ridículo, sirviendo a este circo del fútbol, sea de manera compensada o no, desde el papel de cómicos… por utilizar una expresión no ofensiva.

(P.D.- Acompaño imagen tratada en la que parece apreciarse la legalidad de la posición, utilizando los cortes del césped, con todas las reservas que ello implica. Con independencia de lo indicado anteriormente, a la vista de ella ¿quién puede negármelo?).