Muere el protagonista del tiro libre más insólito de los Mundiales
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Mwepu Ilunga, autor de una de las acciones más curiosas, insólitas y divertidas de la historia de los Mundiales, falleció la semana pasada en Kinshasa (República Democrática del Congo), tras una larga dolencia, dejando para la historia una jugada singular.
Este futbolista, lateral derecho de la selección de Zaire (hoy Rep. Dem. Congo) era uno de los componentes de aquel primer equipo del África negra que lograba disputar un Mundial. La participación de Zaire en la cita de Alemania 74 apenas dejó nada para el recuerdo, más allá de su histórica presencia: perdieron 2-0 con Escocia en su debut, fueron golpeados estrepitosamente por Yugoslavia 9-0 y se despedían jugando ante Brasil, vigente campeona.
Mwepu y sus compañeros recibieron un serio aviso por parte del dictador de su país, Mobutu Sese Seko, para que evitaran la hipotética goleada que se preveía, y el nombre del país no quedara mancillado futbolísticamente. Más que presión, cabria pensar en amenaza.
Zaire aguantó dignamente a Brasil. Pero en el minuto 79, con 3-0 en el marcador, la respetable imagen zaireña se hizo añicos por un lance asombroso.
Rivelino estaba a punto de golpear un libre directo a pocos metros de la frontal del área. Antes de que el árbitro pitase, Mwepu salió disparado de la barrera de forma inexplicable y le pego un fuerte puntapié al balón, como si fuera él quien sacara la falta.
Los brasileños, el público, el árbitro y sus propios compañeros se quedaron perplejos y asombrados. Entre la risa y la sensación de que aquel pobre defensa ni siquiera se sabía las reglas... ¡y estaba jugando un Mundial!
Tiempo después, el propio Mwepu explicó que su acción no fue por desconocimiento del reglamento, sino para llamar la atención por la presión insoportable ejercida sobre ellos por el régimen dictatorial de su país: "Hice aquello a propósito. Esperaba ser expulsado como forma de protesta. Pero el árbitro solo me sacó amarilla".
Joseph Mwepu Ilinga, que desarrolló su carrera en el FC Mazembe, tenía 66 años. Su nombre quedará para siempre ligado a la historia insólita de los Mundiales.
Fuente: marca.com